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miércoles, 30 de mayo de 2012

Vignemale 3298 m.

  El viernes nada más comer salimos disparados con la "furgopatillera" dirección Francia, Nacho (el patillas), Oscar (el destalentao) y yo. Paramos en Huesca donde se unen las "secretarias" de la expedición, Sandra (la inefa) y Bea (la andaluza), con esta "alineación" sumado al atractivo plan que tenemos previsto se "presagia" un fin de semana memorable.
  Tomamos el viaje con bastante "pachorra", batimos récord en numero de paradas, para llegar a Gavarnie cerca de las once de la noche. Nos adentramos por el valle de Ossoue, al principio asfaltado y luego tierra hasta el final, junto al embalse, hay una zona que se permite acampar. Montamos las tiendas de campaña y como hemos comprado mucha comida nos ponemos hasta "el culo" de cenar a la luz de las estrellas.
  Fuimos a dormir con el cielo despejado, contamos hasta dos tormentas que descargaron abundante agua, nuestras tiendas resistieron.

Sábado 26:
Vignemale 3298 m.
Con esquís por el valle de Ossoue, Gavarnie

  Un grupo de españoles nos despiertan al amanecer, levantamos con una pereza tremenda, ¡¡que mal se duerme en el suelo¡¡¡. Cuando vemos el cielo soleado y limpio nos da un "subidón" de moral, desayunamos abundante con la sensación de haber cenado hace media hora, preparamos las mochilas con los esquís y comenzamos la marcha.

Recorriendo el llano en la cola del embalse de Ossoue

  Hay menos nieve de lo habitual para estas fechas y no digo que menos de lo imaginado porque cualquier cosa podía ser. Recorremos el llano hasta la cascada y la remontamos por el sendero normal de verano, arriba hay nieve pero es "inesquiable", un gigantesco alud que cayó hace días desde el Cervillona arraso todo el valle llegando hasta la misma cascada, gigantescos bloques de nieve y hielo hacen que no merezca la pena ni intentar atravesarlo.
  Seguimos porteando por el sendero excavado en un costado del valle, algún pequeño tramo tiene nieve pero se pasa sin problemas.

Impresionantes paredones de Monferrat desde donde caen grandes aludes en invierno

  Llegamos al estrechamiento del barranco nada más pasar el alud con la esperanza que este cubierto de nieve y se pueda esquiar por encima del río, pero nuestro "gozo en un pozo", se ve completamente abierto y discontinuo. Porteamos más........., ¡ay, mi espalda!, fue la exclamación favorita, cuando resignados pensamos que todavía quedaba para rato, ¡zas! nieve continua, en la cota 2300 metros nos calzamos definitivamente los esquís. Hemos porteado 450 metros, a pesar de los pesares sigue mereciendo la pena llevar esquís.

Junto al Vignemale en la salida del corredor de Gaube y el Pitón Carré

  Más contentos que una tortuga con ruedas foqueamos dirección al inmenso glaciar, las nubes van apareciendo poco a poco pero no molestan. Conforme vemos el circo de cumbres que rodean el glaciar Bea y Sandra "alucinan" en colores, están encantadas y suben como motos, Bea no para de recordarnos lo feliz que esta.
  Nacho se pega una "escapada" con la intención de subir también al Pitón Carré, las apariencias engañan, es más empinado y complejo de lo que parece, ademas lo toma por el costado más difícil, tras verle desde abajo "zarcear" de un lado para otro al final desiste y vuelve por donde ha venido habiéndose quedado a cuatro pasos de la cima.

El equipo completo victorioso en la cumbre del Vignemale

  El resto llegamos a la base de la "pala - canal" que defiende la cumbre de nuestro objetivo, comemos algo y nos preparamos mientras llega Nacho.
  Lo que nos queda es un primer tramo de nieve en buenas condiciones, Sandra y Bea pusieron crampones, los demás a "pelo". El segundo tramo es rocoso y seco, con las botas de esquí sigue siendo "fácil" pero con un grado más de dificultad, el caso es que estaba "prohibido" caerse. Las chicas suben más "sueltas" de lo que me esperaba y sin miedo, por fin coronamos, cimaaaaaaaaaaa........¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Sandra y Bea con unas vistas que solo unos pocos mortales pueden disfrutar en directo

  Caras de alegría y felicidad, nubes altas que no nos impedían disfrutar de las vistas, fotos en todas direcciones, orgullosos sobre nuestro objetivo. Estamos bastante rato, un velero sin motor planea sobre la cima mientras el piloto nos saluda, Bea saca como siempre su bandera verde que con tanto cariño portea a todas cumbres, nunca nos a querido contar que significa.
  Comenzamos el descenso, despacio, con atención y asegurando cada paso regresamos a la base sin problemas.

Bea en la cima del Vignemale, se lo esta pasando "bomba"

  Ahora queda lo mejor, la esquiada, la nieve esta buenísima, nos recordamos a nosotros mismos que aunque solo sea por estos momentos merece la pena portear. En pleno invierno tienes la nieve a pie de coche, nieve dura como una piedra por la que sufres esquiando y muchas veces te la "juegas" al participar en el sorteo a la mejor "hostia", ahora es la temporada alta de esquí, cuando mejor y menos peligroso.
  La nieve "roja" nos deleita con un control total y el mínimo esfuerzo, Sandra y Bea han perfeccionado mucho su nivel de esquí, se les ve con estilo, dominio y relajación.

Comenzamos el descenso con el Clot de la Hount enfrente

  Sin verlo ni quererlo ¡zas!, se acaba la nieve, ¡mecagüenlamarsalada!, ¿ya estamos aquí?, buffffff........., a portear de nuevo, por lo menos es bajada. No se nos hace pesado, vamos hablando, con tranquilidad, disfrutando del paisaje, observando las gigantescas dimensiones del alud, haciéndonos fotos con la cascada y riéndonos de las "pintas" de algunos con los que nos cruzamos.

Esquiando al valle de Ossoue, ¿quien dijo que no hay nieve?

  Justo al llegar al embalse una intensa y húmeda niebla nos recibe, normalmente al subir nos metemos en la niebla, hoy ha sido al revés, hace más frío abajo que arriba, en todo lo que quedaba de día no nos abandono.
  Montamos el "tenderete" para secar el material, lo que conseguimos fue que se mojara más. Con mesa de camping, hamacas y taburetes improvisados preparamos la cena, nos pegamos tres horas comiendo sin parar hasta que no pudimos más. Con la tripa bien llena nos fuimos al saco ha hacer la digestión de la "boa", mañana hay que madrugar más, queremos subir al Taillón desde el Col de Tentes y viajar de vuelta a casa.


Reseña para subir al Vignemale:
http://www.mendikat.net/monte.php?numero=31fr

Track para GPS y ver la ruta en Google Eart:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2903745

Otra de nuestras ascensiones al Vignemale:
http://danielmurmarin.blogspot.com.es/2010/06/vignemale.html

Fotos de Oscar:
https://picasaweb.google.com/106853289390565764741/2012_05_26Y27VignemaleYTaillon?authkey=Gv1sRgCK3Hs6Pp8OXOwwE&noredirect=1#


Vídeo cortesía de Oscar:

jueves, 10 de junio de 2010

Vignemale

 El fin de semana ha sido una "ruina", el sábado tuve que "currar", el domingo fui con Nacho y Víctor a Benasque con intención de subir a las tres Maladetas y la Torre Cordier en circuito, lo único que hicimos fue "ver llover" y desayunar "tres veces" antes de regresar a Zaragoza sin sacar los esquís del coche.

Martes 8:
"Casi" el Vignemale con esquís.
"Huelga de Funcionarios" y fin de la temporada de esquí.

  El martes teníamos convocada "huelga" en el trabajo nos acogimos a ella y aprovechamos para cerrar la temporada de esquí. 
  Llevábamos varios fines de semana dándole vueltas a una clásica que repetimos casi todos años para fin de temporada, el Vignemale, el mal tiempo nos obligaba a retrasarla.

Nacho "ahogando" los tallarines

  Al final nos decidimos. 
  El lunes nada más comer salíamos de Zaragoza los "huelguistas" y algún "jeta" dispuestos a poner la "pancarta" en la cumbre. 
  En la furgo de Nacho (el patillas) iba Rafa (el freerider), Isidro (cachocabroncarapija) y yo. 
  Víctor (el melenas) con su coche recogió a Sara (la rescatadora) en Sabiñanigo, todos juntos completamos el "tortuoso" viaje hasta Gavarnie, la parte francesa del pirineo de Ordesa.

Flanqueando el embalse

  A las diez de la noche llegamos al final de la pista en el valle de Ossoue junto al embalse donde se comienza la ascensión.    Estábamos completamente solos en un sitio donde los fines de semana siempre hay "marabunta" para estas fechas, ¡como me gustaría ser "ocioso" de profesión!.

Bonita cascada al entrar en el barranco

  Establecimos el "campo base" y nos pusimos a preparar la cena que consistió en unos tallarines "flotando" que "ahogo" Nacho y una estupenda y surtida ensalada que conjunto Isidro. Como es tradicional después de cenar tomamos el desayuno de la cena para el que habíamos comprado abundante "material".

Encima de la cascada ponemos esquís

  Nacho y yo nos acomodamos para dormir en la super cama de la furgo, Víctor en su coche, Sara, Isidro y Rafa en la pequeña cabaña que hay junto a la presa. Estuvo casi toda noche relampagueando y lloviendo, amaneció con nubes muy negras y amenazantes por los cuatro costados.

Foqueamos por el barranco encima del cauce

  Mientras mirábamos al cielo sin saber que hacer tomamos otro estupendo y abundante desayuno con bollería variada que no pudimos terminar. 
  Al final decidimos subir hasta que una granizada o "chaparrón" en el mejor de los casos nos obligara a dar la vuelta. La historia es que el día ni mejoro ni empeoro, subimos y subimos hasta llegar al glaciar donde penetramos literalmente en el interior de las nubes.

Superando un tramo del barranco hundido y vista del itinerario seguido

  El porteo es más corto que para subir a las Maladetas por la Besurta, en poco más de media hora, superada la espectacular cascada nos calzamos los esquís que no fue necesario quitárselos más que un pequeño tramo para rebasar una parte del barranco con la nieve abierta. 

¡A lo negro!

  El recorrido de esquí va íntegramente por el fondo del estrecho barranco cubierto por los aludes bajo el que circula un gran torrente. El peligro es que se rompa el puente de nieve justo cuando pasas y "adiós mundo cruel" ahogado bajo la nieve. Las "pintas" eran de "mucha solidez", aunque realmente nunca sabes con certeza el riesgo existente.
   El recorrido alternativo es el camino de verano, un sendero excavado en la roca a gran altura en las paredes del barranco, parte esta cubierto de nieve y la opción es casi más expuesta que ir por el fondo.

No veo

  Tras salir del cauce unas empinadas palas y un flanqueo a media ladera nos dejan en el principio del glaciar donde penetramos en las nubes. 
  La nieve en buen estado, la temperatura no es muy baja aunque de vez en cuando soplan rachas fuertes de viento, decidimos seguir atravesando el glaciar que poco a poco va suavizando la pendiente.

Buen descenso ya bajo las nubes

  Superada la cota de los tres mil metros las protestas de quien no quería continuar se empiezan a "intensificar", para que no se rompa el "buen rollo" y llegar todos a Zaragoza "como amigos" (prioridad número uno) decidimos retirarnos, aunque las condiciones climáticas no han cambiado, son tan malas como al inicio. 
  Por lo que a mi respecta por los pocos más de 200 metros que nos quedaban, hubiera hecho cumbre, eso si, sin ver una mierda, pero la habría hecho. Tal y como nos paso en el Aneto tenia la esperanza de que terminaría despejando, no fue así. 
  Nunca he sido partidario de dejar bajar solo a nadie y menos en las condiciones que existían, ni siquiera era aconsejable partir el grupo en dos.

Bajo los pies de Nacho hay una cascada

  Con la nieve en buenas condiciones, el relieve apreciable por el coloreado rojizo que provocan los hongos en la nieve vieja, la esquiada no iba a ser mala. La zona la conocíamos muy bien, además llevábamos nada menos que tres GPS con el que poder retirarnos sobre nuestros pasos en el peor de los casos.

Esquiamos sobre el cauce

  En el descenso esquiamos 1200 metros de desnivel, apurando hasta las últimas manchas, en el barranco estaba algo dura la nieve, con un  poco más de calor hubiéramos disfrutado el doble. 
  En resumen, descenso disfrutón que en caso de buenas condiciones climáticas sería una "pasada", prácticamente con los esquís puestos hasta la cola del embalse, solo en dos ocasiones los quitamos para pasar tramos cortos sin nieve.

Lo bueno se acaba

    Nos esperaban las imprescindibles cervezas con patatas fritas que además acompañaron unos chipirones. Seguidamente preparamos la comida, otra super ensalada y unas judías con oreja y chorizo (de lata), para terminar con toda la bollería de los desayunos, casi reventamos.... (Faltó el vino de Isidro)
  A partir de mañana desintoxicación a base de fruta y verdura.

A pesar de los esfuerzos por "contentar" no debieron de ser suficientes, entre el buen ambiente y risas que hicimos en nuestro campo base, durante la comida hubo algún "morro" más parecido a un "berrinche adolescente" que a otra cosa.

  Nos quedaban "solo" las cinco horas de viaje para regresar a Zaragoza, buffff.......¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Reseña para subir al Vignemal desde Gavarnie:

Otra ascensión realizada tres días antes:

Track para GPS y ver ruta en Google Eart, con mucha nieve se va por el fondo del barranco:
Más fotos:
Vignemale