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martes, 17 de enero de 2012

Margalida 3241 m.

  El viernes por la tarde nos vamos a mi apartamento en Campo Rafa (el freerider) y yo, queremos esquiar, tal y como esta el monte no tenemos muy claro donde ir para no "morir" en el intento y además disfrutar algo, sino es mucho pedir.

Sábado 14:
Pico Margalida 3241 m.
Desde Vallibierna por su cara sur

  A las 7 de la mañana llegan a Campo Ángel (el cuñao) y Nacho (el patillas), nos "obsequiamos" con un potente desayuno juntos, seguidamente emprendemos con el Nissan el resto del viaje hasta la cabaña de pescadores en Vallibierna
  Llegamos a 5 bajo cero pero sin problemas, en la pista no hay nieve, el firme esta aceptable, la gente sube con turismos hasta arriba.

Nos calzamos los esquís en la cota 2400, poco antes del ibón de Llosas

  Comenzamos el porteo, el día esta raso y despejado sin una brizna de viento. No fue muy sencillo llegar a la nieve, el hielo salpicaba el sendero por todos lados, en algún tramo se formaban autenticas cascadas, teníamos que ir con cuidado y pensando continuamente por donde pasar, para evitar un "costalazo". 
  Una pareja con un perro comenzó a andar a la vez que nosotros, les adelantamos y el perro se nos "pego", no nos dejo para nada ignorando por completo a sus dueños que no iban al mismo pico. 

Cubeta del Ibón de Llosas completamente helado

  La nieve continua no apareció hasta la cota 2400, muy cerca ya del ibón de Llosas, tal y como habíamos previsto. Los tiempos se alargaban más de lo debido, para más "inri" mis pieles de foca se soltaron de los esquís y hubo que hacer un apaño de emergencia para continuar, con bastante perdida de tiempo.
  El perro seguía con nosotros, no hubo manera de que marchara con sus amos. Se entretenía pisándole los esquís a Nacho, que se encargo de abrir la huella y metiéndose entre sus piernas con las correspondientes zancadillas, el caso es que al final le terminamos cogiendo "cariño".

Contraste del glaciar con las partes bajas sin nieve

  El sol pegaba de "punta", sudábamos como "bellacos", aun así la nieve apenas trasformaba, estaba muy compactada pero no era hielo y los esquís con cuchillas agarraban bien. Conforme remontábamos el glaciar mejoraba la calidad por acción del sol. 
  Llegamos a la base de nuestra cumbre dejamos mochilas y esquís para poner crampones. No estaba claro por donde remontar a la cresta, subimos por la canal más fácil y evidente, un poco a la derecha de la cima, con Nacho delante abriendo huella.

Rafa descansa observando el fondo de Vallibierna

  El perro se quedo abajo a olisquear las mochilas, de repente se puso a subir la canal, resbalaba pero por la huella adelanto a todos y se coloco detrás de Nacho, pensamos que seria un perro muy acostumbrado a andar por la nieve.
  En la parte alta de la canal se acabo la nieve, un vertical tramo de roca y nieve suelta impedían el acceso a la cresta, Nacho dudo, nos dijo que esperáramos e intento subir. 
  Llego a la cresta pero era muy expuesto, aparte de muy tarde, el sol iba a caer y la nieve se iba a convertir en hielo de "golpe y porrazo". A pesar de estar a escasos diez metros de la cumbre "tocamos retirada" rápida, Nacho las paso "putas y canutas" para destrepar.

El pico Vallibierna, imponente a nuestras espaldas

  Mientras tanto el perro se "acojono", intento subir por otro sitio haciendo una pequeña horizontal por una cornisa expuesta, se quedo allí parado y empezó a aullar pidiendo que fuéramos a rescatarle. Llegar hasta el perro hubiera sido peligroso, además del retraso que ya de por si llevamos, supusimos que el bicho terminaría bajando solo cuando nos viera ir.
  El caso es que bajamos a las mochilas y el chucho seguía arriba aullando, venga a llamarlo y ni se atrevió a moverse. Nos calzamos los esquís y marchamos antes de que aquello se pusiera "chungo". Aunque todavía daba el sol sobre el glaciar, el ángulo era ya muy pequeño, solo por eso la nieve se había endurecido creando una costra que nos hizo "trabajar" para esquiarla, de fondo oíamos al chucho aullar poniéndonos "mal cuerpo".

Desde la parte superior de la canal al Margalida, el Tempestades, en segundo plano el Aneto

  Poco a poco le fuimos cogiendo el "tacto" y mejoramos nuestro esquí de "supervivencia", casi sin darnos cuenta esquiamos hasta el final de la nieve. En estas fechas, la hora ideal para comenzar el descenso de esta cima es sobre las dos de la tarde, antes no estará suficientemente transformada y más tarde habrá empezado a cristalizar, este supuesto es contando con un día ideal, soleado y sin vientos. 
  El porteo hasta el coche fue rápido a pesar del hielo, llegamos a la cabaña de Vallibierna empezando a anochecer.

Paso expuesto en la canal con roca y nieve

  Nada más llegar se acerco el dueño del can a preguntar si sabíamos donde estaba, a lo que tuvimos que responderle, si, enriscado en la cumbre del Margalida. Alucinados y apenados escucharon nuestro relato, organizaron una "expedición" de rescate al día siguiente. No sabemos como termino, si se congelaría, bajaría solo o si lo rescataron, el caso es que nosotros "sobrevivimos" aunque con mala gana.

Ángel es el "Rey" esquiando

 Regreso a Campo a tomar unas cervezas, Nacho y Ángel marcharon a Zaragoza, Rafa y yo nos quedamos el finde completo.

Track para GPS y ver la ruta en Google Eart al pico Tempestades situado junto al Margalida:

Reseña para subir al Margalida:

Otra de nuestras esquiadas por la zona: