Zecutar 2062 m. - Balcón de Pilatos 2358 m.
Recorrido senderista circular por el valle de Acumuer
El otoño es una época que tiene sus actividades especificas en la montaña, el tiempo es bastante inestable, las grandes cimas cubiertas de una fina capa de hielo y nieve son más peligrosas que en pleno invierno con mucha nieve. Hay que aprovechar para coronar cumbres secundarias sin apenas peligros, picos en los que te "torrarías" para verano y ahora son agradables de recorrer, apenas sobrepasan los dosmil metros pero sus vistas nada tienen que envidiar a los tresmiles.
Recorriendo la pista cerca del plan de Igüés y el Balposata al fondo
Continuando pues con el ciclo otoñal "picos de vacas" quedamos en Sabiñanigo Rafa (freerider), Luis (el creativo), Bea (la andaluza), David (fast man) y yo. A propuesta de Luis hemos decidido subir a unos picos difíciles de pronunciar y de existencia desconocida por el largoooo, inhóspito y poco transitado valle de Acumuer.
Nos desplazamos todos en el coche de David al pueblo de Acumuer, a pocos metros de la entrada comienza una pista forestal cerrada con una barrera, aparcamos y comenzamos la marcha.
Zarrambucho, Peña Gabacha y Peña Parda nevada
El tiempo esta muy desapacible, nublado, frío y ventoso, aunque con el avance del día las nubes retrocedieron. Para empezar nos tenemos que "patear" los más de ocho kilómetros de pista forestal sin apenas ganar altura. Esta es la razón por la que nunca venimos a esta zona, dadas las circunstancias de hoy, para nosotros es el plan "ideal".
Cuando la pista cruza el barranco de Cecutar nos desviamos a la derecha por un sendero atajando la pista que acaba en plan de Igüés.
El paisaje del circo que se nos abre a la vista es de primer orden, la cara sur de Peña Telera con los paredones de Peña Gabacha, Zarrambucho, Puerto Rico y Balcón de Pilatos, más lejos asoma la Corona del Mallo que conquistamos recientemente.
A la derecha esta el Balposata o Peña Petruso que apunto en mi "agenda" para añadirlo al ciclo "picos de vacas".
En la cumbre del Zecutar luchando con el viento
Enfilamos a la izquierda por empinadas palas de hierba sin sendero definido, coincidimos con unos Navarros que "inexplicablemente" estaban en este recóndito rincón y para más casualidad tienen previsto realizar el mismo itinerario que nosotros.
Cuando llegamos a la cumbre del Zecutar el viento sopla racheado y a lo "bestia" desde la vertiente contraria. Nos ponemos toda la ropa que tenemos en la mochila, la sensación térmica es bajísima, el agua de las cantimploras se hiela y hay dos dedos de nieve polvo por el suelo que se levanta clavándose en nuestras caras.
Yo no me he traído los guantes de invierno y Bea tampoco, en poco tiempo tenemos los dedos insensibles, David intercambia un guante con Bea para calentar por lo menos una de las manos, yo las meto en el bolsillo sin conseguir recuperar la circulación sanguínea.
Canal clave para salvar el resalte que defiende nuestro pico
Rápidamente "escapamos" al collado esperando que sople más flojo, cada dos por tres nos paramos y agachamos para evitar caer al suelo. Nos dirigimos al Balcón de Pilatos por la parte de atrás, cabecera del barranco Del Cantal. Superamos un vertical resalte que nos cierra el paso por una estrecha canal que parece una trinchera, nos queda una empinada rampa hasta la cima, resbaladiza por la nieve acumulada.
Bea ha subido como una moto hasta el Zecutar, pero ha aflojado mucho el ritmo, tiene la garganta "estropeada", un ibuprofeno a primera hora le puso las pilas, ¿se puede considerar esto dopaje?. El efecto esta pasando y se viene abajo lentamente pero no protesta, ¡subirá o morirá intentándolo!
Cuando nos juntamos todos en la cima del Balcón de Pilatos, David lleva media hora esperando y esta más congelado que el culo de un pingüino.
Bea agachada para evitar ser arrastrada por una racha de viento
Hacemos cuatro fotos y nos vamos para abajo lo más rápido posible, nos falta la Peña el Huerto para completar el plan, yo hago saber que con Bea me bajo directo al barranco de la Cantal completando la ruta circular. David (fast man) sale "disparado", casi no hemos empezado a descender y lo vemos en el collado del Huerto trepando a la cima, más que andar parece que vuela, Rafa y Luis le siguen a distancia.
Enseguida nos "pilla" David, paramos a esperar a Rafa y Luis en la "trinchera" del resalte más resguardados y de paso comemos algo, llevamos todo el día andando sin meter nada al cuerpo.
Cumbre del Balcón de Pilatos, asoma Punta Espata y Collarada
El resto del descenso es mucho más tranquilo y agradable, el viento amaina, la temperatura sube y el sol calienta, buffff......, ¡que lujo!. Seguimos sendas de ganado por el fondo del barranco Del Cantal, en la cota 1650 el trazo se aleja del barranco por la derecha, llega a un bonito prado y se adentra por el bosque bajando hasta el valle.
Estamos en un "bucólico" circo bajo el ibón de Bucuesa, nos queda lo peor, recorrer toda la interminable pista forestal hasta Acumuer. La próxima vez vendremos en bicicleta, la esconderemos al final de la pista y haremos la travesía programada andando, de vuelta la bici nos llevara al coche casi sin pedalear.
David y el grupo de Navarros en la aérea Peña de la Huerta, atrás el Bacún
Nos despedimos y vuelta a Jaca, hay que ducharse, comer y recoger la casa antes de viajar a Zaragoza.
Cuando estamos montados en el coche de Rafa para empezar el viaje a Zaragoza, ¡sorpresa!, las luces de cruce no funcionan. Puestos a "discurrir" llegamos a la conclusión de que los dos faros no se han podido fundir a la vez, buscamos la caja de fusibles sin éxito.
Como Rafa es un "figura", guarda el manual del coche en el armario de los platos de su cocina en Zaragoza, así que llamamos a la asistencia del seguro.
Llega la asistencia y comprueba que los fusibles están bien, le pide a Rafa la bombilla de repuesto pero resulta que las "custodia" en el trastero de Zaragoza, ¡¡¡si es queee..........!!!
Bajando por el barranco Del Cantal dejamos atrás las puntas de la Huerta y Balcón de Pilatos
Ante la imposibilidad de hacer nada el "gruero" al que le hemos caído en "gracia", llama al dueño de la Opel en Jaca, que es colega suyo, y le hace bajar a abrir el taller un domingo a las ocho de la tarde con un frío que te "cagas".
Al final resulta que las dos bombillas están fundidas, las cambia el del taller solucionando el problema. Bea y yo hacemos una "porra" a ver lo que le va a cobrar por este "favor", yo digo que por menos de 80 euros no le sale la "broma, al final se lo deja por 30. Nos quedamos alucinados por lo serviciales y agradables que han sido esta gente, no han parado hasta que lo han apañado. Esto nos ocurre en Zaragoza y no lo soluciona nadie hasta el día siguiente.
El resto del viaje ya sin incidentes hasta Zaragoza.
Crónica en el blog de David Naval:
Reseña de la ascensión:
Track para GPS y ver la ruta en Google Eart: