Descenso de Barrancos
Barranco de Trigoniero
Con María (la anfibia), Marta Crespo e Iván Vicente.
Marta rapela por primera vez
Último día con María y Marta en Campo, realizaremos el "bautizo" barranquista de Marta descendiendo el Barranco Trigoniero. Se une Iván Vicente, una "vieja gloria" montañera en tiempos de cuando las ruedas eran "cuadradas".
Viajamos desde Campo a Aínsa y remontamos el valle del Cinca, pasado Bielsa y a unos 3,5 km desde Parzán en dirección del Túnel, aparcamos en la antigua aduana.
Un grupo de veinte franceses con guía se preparan para entrar, por la cantidad de publicidad que he encontrado en Internet deduzco que es un barranco "colonizado" por empresas de aventura.
Cada vez me motivan menos los barrancos y una de las principales razones es la masificación que provocan las "dichosas" empresas que meten grupos a "saco" colapsándolos.
María "probando" un tobogán
El mayor peligro en un descenso ya no es el barranco en si, sino el tapón que forman los grupos. Son muchos y novatos se mueven lentamente, el tiempo de descenso aumenta exponencialmente igual que el riesgo.
Una crecida repentina, una tormenta en la cabecera lo convertiría en una ratonera sin salida. El frío que pasamos haciendo cola hace que el disfrute se convierta en suplicio, en el mejor de los casos.
Pequeño salto
Es la primera vez que lo desciendo, no conozco los "divertimientos", sitios para saltar, toboganes..., habrá que inspeccionarlo. No vendría mal ver al guía delante para ver como gestiona cada zona, pero solo pensar en la espera me echa para atrás.
Nos damos prisa para entrar primeros y poder ir a nuestro ritmo.
Segundo rapel que hicimos
Para aproximarnos se cruza el Cinca por un puente y seguimos el PR-HU-180 dirección del Puerto de Trigoniero. Después de una canalización encontramos un desvío a la derecha. Dejamos el PR y seguimos la senda bajando hasta una pequeña presa, punto de inicio del descenso al que llegamos en 20 minutos.
Es un barranco caudaloso, con aguas transparentes, toboganes, rapeles y saltos. Resulta bonito y variado, a mi personalmente me defraudo un poco, esperaba algo más encajonado.
Aún con poca agua lleva mucha
Tampoco es un descenso para tomárselo a broma, los saltos no son nada limpios, los toboganes tampoco, los rapeles resbaladizos con recepciones en pozas profundas. Se me hizo raro que lo anuncien como de "iniciación".
Tiene dos rápeles cortos y 3 largos, de 20, 16, 20. Los 3 sin complicación técnica. El de 16 es "saltable" desde unos 9, destrepando fácilmente por la izquierda.
Iván intentando poner buena cara
Adelantar al grupo en nuestro caso fue un "error", progresamos más lentos. Iván no se encuentra en excelente forma física que digamos, el "pobre" ni se acuerda de la última vez que se "embutió" en el "neopreto".
Introducirse le costó "dios y milagros", en su caso si que pudimos decir literalmente que parecía una "morcilla" mal atada. 🤣🤣🤣🤣 (¡Ya me perdonarás, Iván¡)
Tobogán encajado
Enseguida tuvimos al grupo encima, yo diría que saltaron el barranco entero, en algunos sitios como para matarse al mínimo error. Solo montaron un rapel que no todos bajaron, a dos chicas que tuvieron miedo les mandó bajar destrepando a ellas solas por la orilla izquierda orográfica hasta abajo del todo.
Muchos saltos los repitieron trepando varias veces, ni viendo como saltaban nos atrevimos a tirarnos en la mayoría.
María en acción
Lo "cojonudo" del caso es que el guía no saltó en ningún lado, yo creo que no se mojó más que los pies 😎😂😂, el neopreno le sobró.
Entre la presión del grupo y las dificultades propias del barranco Iván casi no "sobrevive". 😨 Marta sin embargo me sorprendió positivamente, sin ponerse un arnés ni haber rapelado en la vida bajo como una autentica "pro"🤙💪😎.
Marta saltando
María se encargó de ir siempre la primera asegurando desde abajo, además de "probar" saltos y toboganes.
Es corto y no tiene zonas intermedias entre rapeles, solo usamos la cuerda en cuatro de los cinco rapeles "oficiales". Desde el último se ve la carretera, para retornar veremos un camino muy evidente a la derecha, en cinco minutos estamos en el coche.
Tras el "estrés" que pasamos en el barranco nos vino muy bien el rato de relajación sentados junto al coche, tomamos las cervezas bien frescas y comimos de picnics. A Marta y María las llevamos a Aínsa donde han dejado el coche para viajar directamente de vuelta a Zaragoza.
Yo vuelvo a Campo, me quedan vacaciones hasta fin de agosto. Mañana llegan Bibi, Sara y Andrea con las que continuaré de "aventuras".
La recepción es profunda y revuelta
Reseña del descenso:
Barranco Garganta de Escuaín:
Barranco Foz de la Canal:
Rapel final
Barrancos Flageto y Viandico:
Ascensión al Pico Trigoniero:
Ver todas las fotos:
Cuerda fija para destrepar el resalte