Con Bibiana (Bibi), Yaiza (la pro), Ana Isabel y Natalia.
Brecha de Rolando
El miércoles por la mañana hemos descendido el barranco del Furco y al atardecer realizamos la aproximación al Pico Taillón desde San Nicolás de Bujaruelo. Con saco y esterilla pernoctaremos en la cabaña de eléctricas situada a casi dosmil metros de altitud.
Podemos observar el atardecer e incluso las estrellas tumbados en el tejado del refugio.
Atardecer en el refugio de eléctricas
Al día siguiente desayunamos y dejando el material de pernocta en el refugio subimos ligeros dirección Francia. En el Puerto de Bujaruelo nos juntamos con cantidad de montañeros que vienen del Col de Tentes, muy cerca del puerto.
Rodeamos las faldas de la vertiente norte del Taillón y ascendemos por la cascada del glaciar con elevado caudal y "divertida" de cruzar.
Últimos rayos de sol
Alcanzamos el refugio francés de Sarradets bajo la imponente Brecha de Rolando, hay mucha nieve pero apenas se pisa el tramo habitual ya llegando a la brecha. Llevamos crampones pero no los usamos, la nieve está muy transformada y hay una huella que parecen las escaleras del Corte Inglés.
Una vez cruzada la brecha a la vertiente española la nieve desaparece, por la falsa brecha y el dedo nos acercamos a nuestro objetivo.
Cenando en la calle
A pesar de las elevadas temperaturas en la cumbre sopla el viento y hace frío, nos abrigamos y resguardamos tras el vivac de cima para poder descansar y comer algo.
Nombramos a Ana Isabel "Caballero de los Tresmiles", es su primer tresmil, Natalia es su madrina, Bibi el testigo y Yaiza la fotógrafa. Una vez finalizados los "trámites" de la ceremonia emprendemos el regreso por el mismo itinerario.
Arrancamos al amanecer rumbo al Puerto de Bujaruelo
El tramo nevado de la brecha lo empezamos bajando con cautela, acabamos corriendo y esquiando con las botas. Paramos en Sarradets a reponer agua e ir al baño y ya de una tirada al refugio de eléctricas.
Cargamos los trastos y a Bujaruelo, una vez en los coches picnic a la sombra y cervezas frescas que teníamos en la nevera para celebrar el éxito de la expedición. Falta el viaje de regreso al "campo base" en Ansó, allí podremos descansar y tomar una merecida cena "por su sitio" antes de dormir.
Con Bibiana (Bibi), Yaiza (la pro), Ana Isabel y Natalia.
Primer rapel, estético y espectacular
Otra jornada con doble actividad. El viaje desde el "campo base" en Ansó es largo hasta Ordesa, aprovechamos para realizar dos actividades pernoctando.
Comenzamos con el descenso del muy popular y concurrido Barranco del Furco. Haremos como en otros descensos, entraremos a la hora de comer, así al menos evitamos los grupos de empresas, ya sabemos dónde nos metemos y corremos el riesgo de soportar largas esperas.
Destrepe por la pared de la presa para llegar al cauce
Aparcamos en un ensanchamiento de la carretera que sube a Buesa, justo donde nace la pista forestal de acceso al barranco. Vemos que hay muchos vehículos estacionados y que van llegando grupos de barranquistas que salen del agua.
Somos los únicos que se preparan para entrar, en quince minutos andando llegamos a la cabecera, ponemos neoprenos y bajamos al río, hay un grupo pequeño terminando el segundo rapel que ya no volveremos a encontrar.
Empezamos fuerte
Fue todo bien y fluido, montamos el primer rapel en una vertical de 22 metros, Bibi y Yaiza descienden primero y mientras rapelamos los demás se dedican a montar la siguiente cascada de 9 metros que bajamos encadenadas.
Sigue una zona de andar encañonada y estética, con algunos resaltes y pequeños saltos.
Dos cascadas encadenadas
Enseguida llegamos a la característica poza en forma de marmita con un vertiginoso salto de 7 metros, existe como alternativa un tobogán de 13 metros o rapelar.
Desde la plataforma de lanzamiento saltamos a la poza que no es tan profunda como parece, hay que impulsarse hacia la cascada pues bajo la plataforma se acumula grava.
Bibi y Yaiza abajo con el segundo rapel
Falta un rapel de 20 metros para salvar la última cascada del descenso, es igualmente bonito al igual que el barranco entero. Una vez abajo nos entretenemos tirándonos en tobogán por un pequeño resalte antes de concluir definitivamente el descenso junto al puente carreteril.
Para regresar al coche probamos una alternativa nueva, salimos por un trazo bastante pendiente a nuestra izquierda, cruzamos unos campos siguiendo la hierba pisada por otros barranquistas, una especie de puerta da a una curva de la carretera y en unos minutos alcanzamos el coche.
Las dos cascadas vistas desde abajo
Es una manera mucho más rápida que salir por el puente a tomar la senda PR que va a Buesa y también pasa junto al coche, pero me da que atraviesa fincas privadas y habrá problemas.
Vamos al parque de Broto donde comemos y vegetamos un rato. El plan para la tarde es aproximarnos al Puerto de Bujaruelo desde San Nicolás de Bujaruelo para pernoctar en la cabaña de eléctricas y mañana coronar el Pico Taillón.