CRÓNICAS MONTAÑERAS: Superbagnères

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jueves, 7 de septiembre de 2023

Ceciré 2403 m.

Lunes 14 de Agosto:
Pic Ceciré 2403 m.
Ruta circular desde Superbagneres.

Ascenso por la GR-10 y Col de la Coume de Bourg.

Descenso por la cresta norte y pistas de esquí.

Con Sara (la Becaria), Rafa (el freerider) y Patty.

Desde Superbagnères ya hay una vistas tremendas, Maupás.

Segunda jornada de actividad con "campo base" en Bagnéres de Luchon. Hoy se une a la expedición Rafa que se ha alquilado otro apartamento para él solo en Luchon.

Vamos a empezar con las ascensiones más cercanas, populares y asequibles, poco a poco iremos aumentando el nivel. Nos desplazamos al complejo Superbagnères, el parking superior de las pistas de esquí se encuentra a rebosar de coches.

Panorámica

Hay un telecabina que parte de Bagnères de Luchon, justo desde la puerta de nuestro apartamento, no funciona este verano por obras. Estacionamos e iniciamos la marcha entre infinidad de senderistas.

Nuestro itinerario es circular, seguimos un camino coincidente con la GR-10 hasta el Col de la Coume de Bourg. Nos desviamos a la derecha siguiendo el filo de un amplio lomo y enseguida llegamos a la concurrida cumbre.

Cresta del Ceciré

No tiene dificultad siempre y cuando no haya nieve y suelo seco. Tuvimos que desplazarnos a una pequeña antecima para poder sentarnos tranquilos y tomar fotos sin "extras". Estamos en el centro del valle y por consiguiente las vistas son totales.

Lástima que no conozcamos ni la cuarta parte de los picos que vemos, destacan los "tresmiles" fronterizos con la zona de Benasque, entre ellos especialmente el Maupás que coronaremos estos días.

Lomo herboso a la cumbre

Para el descenso tomamos la cresta norte, algo más afilada y con trazos de senda pedregosos. Llegamos a las pistas de esquís, siguiendolas faldeamos las agrestes laderas del Ceciré.

Por un trazo ascendente regresamos a la divisoria cerrando el círculo, por el mismo itinerario disfrutando de amplias panorámicas alcanzamos la base de Superbagnères y el coche.

Llegada a la cima

Sopla un viento salvaje, si hacemos el picnic allí volamos, además no existe una sombra en kilómetros a la redonda. Nos metemos al coche y bajamos por la carretera hasta adentrarnos al resguardo del bosque, en una zona herbosa rodeada de hayas paramos a dar cuenta de las cervezas y comida.

Es el único momento de cada día en el que gozaremos de paz, tranquilidad y despreocupación mientras comemos y bebemos. El resto vamos continuamente a matacaballo sin tiempo para dormir las horas necesarias y estar fresco en la próxima ruta.