Martes 8:
"Casi" el Vignemale con esquís.
"Huelga de Funcionarios" y fin de la temporada de esquí.
El martes teníamos convocada "huelga" en el trabajo nos acogimos a ella y aprovechamos para cerrar la temporada de esquí.
Llevábamos varios fines de semana dándole vueltas a una clásica que repetimos casi todos años para fin de temporada, el Vignemale, el mal tiempo nos obligaba a retrasarla.
Nacho "ahogando" los tallarines
Al final nos decidimos.
El lunes nada más comer salíamos de Zaragoza los "huelguistas" y algún "jeta" dispuestos a poner la "pancarta" en la cumbre.
En la furgo de Nacho (el patillas) iba Rafa (el freerider), Isidro (cachocabroncarapija) y yo.
Víctor (el melenas) con su coche recogió a Sara (la rescatadora) en Sabiñanigo, todos juntos completamos el "tortuoso" viaje hasta Gavarnie, la parte francesa del pirineo de Ordesa.
Flanqueando el embalse
A las diez de la noche llegamos al final de la pista en el valle de Ossoue junto al embalse donde se comienza la ascensión. Estábamos completamente solos en un sitio donde los fines de semana siempre hay "marabunta" para estas fechas, ¡como me gustaría ser "ocioso" de profesión!.
Bonita cascada al entrar en el barranco
Establecimos el "campo base" y nos pusimos a preparar la cena que consistió en unos tallarines "flotando" que "ahogo" Nacho y una estupenda y surtida ensalada que conjunto Isidro. Como es tradicional después de cenar tomamos el desayuno de la cena para el que habíamos comprado abundante "material".
Encima de la cascada ponemos esquís
Nacho y yo nos acomodamos para dormir en la super cama de la furgo, Víctor en su coche, Sara, Isidro y Rafa en la pequeña cabaña que hay junto a la presa. Estuvo casi toda noche relampagueando y lloviendo, amaneció con nubes muy negras y amenazantes por los cuatro costados.
Foqueamos por el barranco encima del cauce
Mientras mirábamos al cielo sin saber que hacer tomamos otro estupendo y abundante desayuno con bollería variada que no pudimos terminar.
Al final decidimos subir hasta que una granizada o "chaparrón" en el mejor de los casos nos obligara a dar la vuelta. La historia es que el día ni mejoro ni empeoro, subimos y subimos hasta llegar al glaciar donde penetramos literalmente en el interior de las nubes.
Superando un tramo del barranco hundido y vista del itinerario seguido
El porteo es más corto que para subir a las Maladetas por la Besurta, en poco más de media hora, superada la espectacular cascada nos calzamos los esquís que no fue necesario quitárselos más que un pequeño tramo para rebasar una parte del barranco con la nieve abierta.
¡A lo negro!
El recorrido de esquí va íntegramente por el fondo del estrecho barranco cubierto por los aludes bajo el que circula un gran torrente. El peligro es que se rompa el puente de nieve justo cuando pasas y "adiós mundo cruel" ahogado bajo la nieve. Las "pintas" eran de "mucha solidez", aunque realmente nunca sabes con certeza el riesgo existente.
El recorrido alternativo es el camino de verano, un sendero excavado en la roca a gran altura en las paredes del barranco, parte esta cubierto de nieve y la opción es casi más expuesta que ir por el fondo.
No veo
Tras salir del cauce unas empinadas palas y un flanqueo a media ladera nos dejan en el principio del glaciar donde penetramos en las nubes.
La nieve en buen estado, la temperatura no es muy baja aunque de vez en cuando soplan rachas fuertes de viento, decidimos seguir atravesando el glaciar que poco a poco va suavizando la pendiente.
Buen descenso ya bajo las nubes
Superada la cota de los tres mil metros las protestas de quien no quería continuar se empiezan a "intensificar", para que no se rompa el "buen rollo" y llegar todos a Zaragoza "como amigos" (prioridad número uno) decidimos retirarnos, aunque las condiciones climáticas no han cambiado, son tan malas como al inicio.
Por lo que a mi respecta por los pocos más de 200 metros que nos quedaban, hubiera hecho cumbre, eso si, sin ver una mierda, pero la habría hecho. Tal y como nos paso en el Aneto tenia la esperanza de que terminaría despejando, no fue así.
Nunca he sido partidario de dejar bajar solo a nadie y menos en las condiciones que existían, ni siquiera era aconsejable partir el grupo en dos.
Bajo los pies de Nacho hay una cascada
Con la nieve en buenas condiciones, el relieve apreciable por el coloreado rojizo que provocan los hongos en la nieve vieja, la esquiada no iba a ser mala. La zona la conocíamos muy bien, además llevábamos nada menos que tres GPS con el que poder retirarnos sobre nuestros pasos en el peor de los casos.
Esquiamos sobre el cauce
En el descenso esquiamos 1200 metros de desnivel, apurando hasta las últimas manchas, en el barranco estaba algo dura la nieve, con un poco más de calor hubiéramos disfrutado el doble.
En resumen, descenso disfrutón que en caso de buenas condiciones climáticas sería una "pasada", prácticamente con los esquís puestos hasta la cola del embalse, solo en dos ocasiones los quitamos para pasar tramos cortos sin nieve.
Lo bueno se acaba
Nos esperaban las imprescindibles cervezas con patatas fritas que además acompañaron unos chipirones. Seguidamente preparamos la comida, otra super ensalada y unas judías con oreja y chorizo (de lata), para terminar con toda la bollería de los desayunos, casi reventamos.... (Faltó el vino de Isidro)
A partir de mañana desintoxicación a base de fruta y verdura.
A pesar de los esfuerzos por "contentar" no debieron de ser suficientes, entre el buen ambiente y risas que hicimos en nuestro campo base, durante la comida hubo algún "morro" más parecido a un "berrinche adolescente" que a otra cosa.
Nos quedaban "solo" las cinco horas de viaje para regresar a Zaragoza, buffff.......¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Reseña para subir al Vignemal desde Gavarnie:
Otra ascensión realizada tres días antes:
Track para GPS y ver ruta en Google Eart, con mucha nieve se va por el fondo del barranco: