Jueves 1:
Barranco de Fago
Llegamos con la noche cerrada a la entrada del barranco Bea, Nacho y yo, sacamos la mesa fuera y montamos el camping para hacer la cena.
Esta vez me encargue yo de los macarrones para evitar que Nacho me los ahogara, preparamos la furgo y nos metimos a dormir.
Puentes abundantes en el barranco
Amanecimos cuando el sol pegó de lleno a la furgo convirtiéndola en lo más parecido a un horno.
Bea, que es una mentirosa, sigue empeñada en que ronco y no le dejo dormir a pesar de los tapones que se puso, ¡que mala persona!.
Nacho, que esta gordo, cada vez que se movía le metía a la furgo unos "meneos"......, parecía que fuera a volcar, a pesar de todo "sobrevivimos".
Bea vigila a Nacho como pliega la cuerda
Lo mejor fue el desayuno al sol perdidos en el recóndito y desconocido valle de Fago. Preparamos los "neopretos" y el resto del material y nos metimos en el barranco que estaba "en su punto", con agua suficiente para disfrutar pero sin posibilidad de que nos diera problemas.
Rapel para salvar el sifón
Nada más entrar coincidimos con dos vascos que amablemente nos llevaron con su coche del final del barranco a buscar la furgo, ahorrándonos una hora de marcha "achicharrados" por la carretera a todo sol.
Salida del sifón
En el barranco disfrutamos mucho con el agua, rapeles, saltos, toboganes y sobre todo una estética inigualable. Bea controla como una autentica guía de barrancos y se convirtió en la maestra de Nacho que esta un poco "verde".
Cauce del barranco
Hicimos abundantes fotos y vídeos, lo recorrimos con tranquilidad disfrutándolo todo lo posible. Recuperada la furgoneta y con un inevitable olor a "rana" nos fuimos hasta el pantano de San Juan de la Peña a comer, paramos en Ayerbe a tomar el café y regresamos a Zaragoza con ganas de repetir.
Bea enseña a Nacho a montar una reunión alargable
Reseña del barranco:
Último y bonito rapel del barranco