CRÓNICAS MONTAÑERAS: Maladeta Oriental 3308 m.

miércoles, 2 de enero de 2019

Maladeta Oriental 3308 m.

Sábado 29 de Diciembre:

Maladeta Oriental 3308 m.

Con esquís desde el Hospital de Benasque.

Con Javi Perez, David Benedí y Luis Aranda.

Glaciar de las Maladetas, mucha piedra pero perfectamente esquiable

El viernes por la tarde llego al valle de Benasque con intención de pasar Nochevieja y Año Nuevo haciendo montaña, "para variar" 😂😂.
El sábado me junto con Javi Perez y sus "secuaces" que me "obligan" a pegarme un madrugón de la "muerte" para darme una "paliza" y pasar el día "jodido" de frío básicamente.

Camino de invierno

La intención es subir a la Maladeta Oriental pero al principio no lo tuvimos claro, esperábamos menos nieve por el glaciar e infinitamente más hielo. Aunque tampoco están las condiciones para "tirar cohetes" salimos mucho más satisfechos de lo imaginado.
Resulta increíble que tras semanas y semanas sin nevar y con un anticiclón eterno se conserve nieve con textura de "polvo".

Se puede foquear e incluso bajar esquiando

La explicación es obvia, en el glaciar hace un frío que "te cagas", en estas fechas no entra el sol ni por asomo, es un gigantesco congelador.
La dureza del manto varía mucho según orientaciones, tan pronto es polvo como costra, nieve prensada o hielo puro. Es necesario esquiar concentrado adivinando el tipo por su aspecto y saber reaccionar con anticipación.

Barranco del Alba

No disfrutas ni mucho menos lo que en primavera, el esquí exige más tensión en las piernas y gran esfuerzo para meter cantos, es lo que hay y aún así nos gusta.
El riesgo de lesión es mayor y la posibilidad de "cascarla" de frío si te quedas inmovilizado palpable, extremamos precauciones más que nunca.

Contraste de colores

A poco más de las ocho de la mañana iniciamos el pateo porteando hasta el Hospital de Benasque donde empiezan las pistas de fondo. Remontamos por el camino de invierno con nieve suficiente excepto algún tramo rocoso y con hielo que algunos pasamos andando y otros haciendo malabarismos con esquís.

Pico Paderna

En vez de bajar al Refugio continuamos elevándonos para cruzar el barranco de Alba pasando por el Ibón de la Renclusa. Paralelos al curso y por el fondo del barranco de las Maladetas foqueamos enfilando a la esbelta Torre Cordier.
Vemos la Canal de la Rimaya a lo lejos con aparente buen aspecto, decidimos dirigirnos a la Maladeta Oriental.

El refugio queda abajo

El estado de la nieve varía mucho, en general mejora con la altura pero ello no quita para que encontremos todo tipo de nieves en altitudes muy dispares. El viento también ha hecho de la suyas dejando las zonas expuestas peladas y bacheadas.
Llegamos a la base de la canal y calzamos crampones para subir, hay bastante nieve y buena huella, la superamos con relativa facilidad sino hubiera sido por el viento gélido que se encañona por la canal y nos hace perder la sensibilidad en las extremidades.

Breves instantes de sol

En la base estamos a siete grados bajo cero con un desagradable viento norte que se acelera al encajonarse. La sorpresa fue al salir arriba, apenas sopla el aire y agradecemos el preciado sol que calienta con rapidez.
En cuanto recuperamos las manos afrontamos sin dificultad los últimos metros hasta el bloque cimero.

Las caras sur peladas

El glaciar del Aneto tiene buenas pintas, no hay huella, hoy no ha subido nadie. Hacemos unas fotos y nos retiramos, en estas fechas anochece pronto, es preferible que sobre luz.
Bajando la canal el viento se intensifica, me quedo casi congelado y las paso medio "putas". Rápidamente a calzar esquís y comienza el descenso sin prisa pero sin pausa.

Javi Perez

Enfilamos por el mismo itinerario, básicamente por el barranco de las Maladetas directos al Refugio. esta vez pasamos junto al refugio esquiando directos a la Besurta.
Desde la Besurta las pistas de fondo no tienen nieve, nada más enormes placas de hielo que sirvieron para que alguno de nosotros diera con sus huesos en el suelo un par de veces mientras regresamos andando.

Aprovecho el sol para fotografiar

Una vez que cerramos el circulo calzamos de nuevo esquís deslizando por las pistas de fondo hasta el Hospital y el coche. En resumen, 1600 metros de desnivel superados en 20 kilómetros recorridos que completamos en menos de nueve horas paradas incluidas.
Poco tiene que ver esta excursión en semejantes condiciones comparada con la misma en primavera un día soleado, todo cambia, es como subir a otro pico más difícil en otras latitudes.

Excepto yo nadie pone cuchillas en todo el día

Finalizamos la jornada tomando unos cafés en el restaurante Cotiella de Campo, mientras comentamos las mejores "jugadas". Allí nos despedimos, ellos regresaron a Zaragoza, yo me quedo en mi apartamento plácidamente, mañana haré una senderista en cotas bajas para "saborear" el sol.

Breve vídeo grabado y editado por David: