Intento de Monte Perdido desde el Balcón de Pineta
Aprovechando la festividad del 15 de Agosto organizamos en plan "exprés" un viejo proyecto intentado hace años y acabo en fracaso por mal tiempo.
Aproximación al Balcón de Pineta
Me "escapo" del curro lo antes posible, cargo los trastos en el coche y voy a buscar a mi compañera de aventuras montañeras, Bea (secretaria). Sin parar viajamos hasta el fondo del valle de Pineta, aparcamos en la antigua zona de acampada previo pago de dos euros y nos ponemos en marcha rápidamente.
Llevamos las mochilas super cargadas, comida para dos jornadas, ropa de abrigo, tienda de campaña, saco de dormir, esterilla "autopinchable", arnés, cuerdas, cintajos y algún hierro en previsión de posibles dificultades para subir la famosa canal de acceso a la parte inferior del glaciar.
Desde el collado del Cilindro vemos la escupidera asomar en la niebla
La información que tengo es muy confusa, crampones si, crampones no, canal fácil, difícil, con cuerda, sin ella, total que se nos ocurre entrar en el refugio de Pineta a preguntar.
En el refugio han puesto un "garito" de una empresa de aventura para que pagues y te llevan, nos atiende unos de los guardas que "pasa" de nosotros como de la "mierda", ¿sera porque no estamos alojados.....?
Sus respuestas, las pocas que dio, fueron una especie de "depende", puede, igual,......., lo único que sacamos en claro es que no hacían falta crampones, hasta nos dijeron que iba ha hacer mucho calor y nos "jodimos" de frío......, enfin, en los últimos años este refugio ha cambiado mucho, a peor¡¡¡
Bea sobre el ibón helado contemplando Ordesa
Comenzamos la ruta sin perder tiempo, queremos llegar con luz para encontrar buen sitio donde acampar. Bea va delante y sube a buen ritmo sin aflojar, en tres horas estamos en el emplazamiento elegido muy cerca del ibón de Marboré montando la tienda.
Sopla viento y hace frío, nos damos prisa y adentro a cenar. Pronto estamos metidos en el saco y tumbados, nos pegamos de "charrada hasta la una de la madrugada, el viento arrecia y zarandea la tienda, "desconectamos" para intentar dormir.
Bajando salimos de la niebla, vemos el ibón de Marboré y Tucarroya
A las tres de la mañana me despierto sobresaltado con la lona aplastada sobre mi y presionando con fuerza, intento apartarla y casi ni puedo, la primera impresión fue que alguien se había caído encima de la tienda, pero no, era una especie de huracán con rachas exageradas.
Bea y yo nos miramos "acojonados", ¡dios mio que es esto!, sujetamos las varillas como podemos hasta que de repente otra racha salvaje "chafó" la tienda y empezamos a oír como se partían las varillas, a su vez las varillas astilladas rajaron el sobretecho quedando la tienda destrozada.
El valle de Pineta a vista de pájaro asoma entre la niebla
Aguantamos como pudimos bajo la lona sacudida a lo bestia agarrando las varillas para evitar que nos hicieran daño en la cara, no nos atrevimos a salir, el viento nos hubiera tirado. En algún momento las caras de situación limite se transformaron en carcajadas al vernos en semejante situación, reír por no llorar, porque gracia no tenia.
En este estado y sin pegar ojo "sufrimos" varias horas hasta que amaino, salí fuera a intentar recomponer la tienda para tener algo de hueco y respirar, el cielo estaba completamente despejado, se veían estrellas a "mogollón".
Miércoles 15 de Agosto:
Collado del Cilindro
Siete de la mañana suena el despertador, continuamos despiertos, apenas hay luz, "buceo" por los restos de la tienda buscando la puerta, saco la cabeza y sorpresa, hay una niebla densa que no deja ver ni la piedra de enfrente.
Esto es el colmo, vaya mala suerte estamos teniendo, para más "inri" había anunciado buen tiempo hasta ultima hora de la tarde que se formarían tormentas.
Aguantamos una hora más bajo las lonas, decidimos salir de allí no fuera que se echara a llover y termináramos con todo calado.
Vemos gente que ha dormido en Tucarroya bajando, después de lo que hemos pasado nos resistimos a abandonar, es muy probable que la niebla levante y termine soleado, lo intentaremos. Siguiendo mojones y guiados por el GPS nos dirigimos al glaciar, un trazo de senda bien marcado atraviesa la morrena a estrellarse con las paredes de roca bajo el glaciar que aparece de repente.
Escalón inferior del glaciar
La senda nos guía sin perdida a una canal marcada con palos, mojones y pintura roja, no nos cabe duda, por ahí tenemos que subir, examinamos la trepada y parece sencilla, no nos molestamos en sacar la cuerda.
Con el suelo seco se puede subir sin material, bajar es más complicado pero tampoco problemático, otra cosa seria con el suelo mojado..... A pesar de ser fácil no deja de ser expuesto, si te caes te la pegas bien, así que lo de la cuerda lo dejo a elección, en un día bueno de verano yo no aconsejaría portearla.
La canal esta instalada con dos reuniones equipadas con químicos y señalizadas con círculos de pintura roja, en principio haría falta una cuerda de 40 metros pero con una de 30 sobraría destrepando un pequeño tramo.
De ascenso hay que tener en cuenta que aunque llevemos cuerda siempre deberá subir un "Rambo" a ponerla a "pelo" y asegurar al resto.
Perspectiva de la canal que trepamos y destrepamos equipada para rapelar
La niebla no levanta, nos estamos perdiendo unas vistas de lo mejor del Pirineo. Escondemos las cuerdas, arneses y hierros en una piedra y seguimos subiendo sin peso, vamos bordeando el glaciar sin pisarlo pero llega un momento que hay que cruzar un tramo de unos cien metros obligados.
Hace frío, la nieve no es nieve, es hielo duro como la piedra, no llevamos crampones, apenas tiene pendiente así que nos arriesgamos a pasar.
Las rocas cambian por una empinada pedrera, buscamos las piedras más grandes y la menor pendiente para evitar resbalar hasta dar con un zig zag de senda que nos lleva cómodamente al mismo collado.
En el collado del cilindro sorpresa, viento muy fuerte del sur que nos deja tiesos, no hay niebla pero si abundantes nubes altas y negras, la cima de Monte Perdido esta cubierta.
La visibilidad es buena hacia abajo, vemos Ordesa, el ibón helado a nuestros pies y parte de la "escupidera", visto lo visto y sabiendo la previsión de tormentas, abandonamos. El trozo que nos falta ya lo conocemos, además tendremos que repetir esta ascensión un día despejado y saber que es lo que se ve, aprovecharíamos también para hacer los picos de Astazu.
Ya de bajada a Pineta logramos ver parte de Monte Perdido y el Cilindro
Volvemos a la niebla, a poco que descendemos amaina el viento, por la pedrera bajamos a toda pastilla, perdemos altura sin enterarnos. Cruzamos de nuevo el nevero algo más blando y llegamos a la canal. Destrepamos sin usar material, recogemos primero todo lo escondido en las mochilas y bajamos mejor de lo que parece. A Bea le encanta trepar y destrepar, controla con estilo, cosa que a mi no se me da, la veo tan segura que no me preocupo por ella, solo me encargo de mi mismo.
Llegamos junto a los restos de nuestra tienda (D.E.P), la niebla ha levantado pero sigue tapando las cumbres, comemos algo y recogemos para descender cargados a Pineta.
Espectaculares vistas sobre el valle de Pineta
Como de costumbre Bea va delante, baja al trote palillero, tiene ganas de llegar y quitarse el peso de encima, vamos adelantando a todo el que aparece por delante, por fin llegamos al coche.
Terminar de quitar botas, cambiarnos de ropa y como siempre tengo mi querida nevera con latas frías y picoteo, no hemos terminado con el picnis cuando de repente descarga una fuerte tormenta, ¡bufff....., menos mal que nos dimos la vuelta!, sino ahora estaríamos calados.
Nos queda el viaje de vuelta a Zaragoza, cansados pero contentos, ¡hemos "sobrevivido"!
Reseña de la ascensión:
Track hasta Monte Perdido por Pineta para GPS y ver la ruta en Google Eart:
Otra de nuestras ascensiones a Monte Perdido: