Circular con esquís desde la estación de esquí de Panticosa.
Con Rafa (el freerider).
Ascendemos bajo las pilonas del telecabina
Segundo día que amanece en Jaca con cielo negro y lloviendo, seguimos nuestro plan "B" desplazándonos con el "rafamóvil" hasta la base de la estación de esquí de Panticosa donde llueve con "alegría". El plan inicial es subir y bajar al Verde por su cara sur aproximándonos por la senda Bolática, lo vemos tan mal que resignados decidimos "estirar piernas" foqueando por pistas.
Vistas del fondo del valle
Al fin y al cabo hemos desayunado tan copiosamente como ayer y algo tenemos que hacer para quemar calorías y poder seguir comiendo. Esperamos un rato dentro el coche y en un momento que amaina salimos al "ruedo" foqueando por pistas. Utilizamos el camino de servicio para no toparnos con esquiadores de frente, está escaso de nieve para foquear e imposible para esquiar.
Bajamos al Ibón de Sabocos
Por debajo del telecabina trazamos zetas hasta la base superior, tomamos la pista dirección al Mandilar, "socorrida cumbre que permite sumar desnivel en días malos aunque sea la cota más alta de la estación de esquí. Cerca del Ibón de Sabocos el cielo aclara y recuperamos la inexistente visibilidad, enseguida modificamos planes retomando la ascensión al Verde.
Cruzando el Ibón por medio con el Verde al frente
Abandonamos la ruta al Mandilar bajando a los a los telearrastres de Sabocos, continuaremos siempre por pistas hasta el último arrastre, desde allí es más sencillo bajar al Ibón de Sabocos. En estas fechas permanece helado y se puede cruzar por medio, sino estamos seguros se rodea junto a la caseta del refugio.
El fondo del valle se cubre con nieblas bajas
Por una amplia vaguada bien innivada Rafa abre huella dirección al collado del Verde o Sabocos. Estamos completamente solos, confiamos en que alguien haya subido por la vertiente contraria, no fue así. Esta noche a nevado mucho en altura acumulandose buenos espesores de nieve húmeda, menos mal que Rafa esta fuerte y me abre huella hasta la misma cumbre sin vacilar.
Subiendo al collado de Sabocos
Contra lo que pueda parecer la nieve se encuentra bien asentada, no vemos atisbos de riesgo aunque nunca se sabe, progresamos separados en los metros finales más empinados. Si hay nieve siempre existe un mínimo riesgo. Las nubes van y vienen y con ellas la visibilidad pasa de buena a nula cada dos por tres. Por fin hollamos cumbre, hay un paqueton acumulado con unas cornisas de acojonar, ni rastro de huella que delate presencia humana.
Collado del Verde o Sabocos
Por miedo a que acabe cerrándose por completo nos "piramos" ipso facto, Rafa practica eso que hacen los "frikis" de quitar pieles con los esquís puestos y casi le da una contractura en la espalda. En seguida comenzamos la esquiada, buenisima, nieve profunda recién caída, ni una sola huella, auténtico desierto blanco por el que más que esquiar navego flotando.
Tramo final, rodeamos por la derecha
Primero siguiendo el filo del cordal, luego por una amplia vaguada hasta el final del espolón rocoso que amuralla el Verde, flanqueo a la izquierda encontrando poco después bancales escalonados, deslizamos hasta dar con la GR de la Ripera o senda de Bolática. Ya no queda nieve, quitamos esquís y en unos 45 minutos andando tranquilamente cerramos el circulo en la base de la estación de Panticosa. En el rato que nos ha costado volver se ha ido toda la nieve del parking, la temperatura es primaveral.
Sin quitar esquís hasta la cúspide
Ponemos la guinda a la jornada con la visita a mi amigo Pepe Berges y familia para conocer su apartamento de Panticosa, nos invita a tomar un surtido de cervezas selectas acompañadas por su correspondiente picnic. Finalizada la agradable velada regresamos a Jaca, mañana es lunes festivo en Zaragoza así que seguiremos en el monte aunque el mal tiempo se empeñe en ponerlo difícil.
Con Rafa (el freerider). El viernes llegamos a Jaca Rafa y yo estableciendo el Campo Base en el "confortable" apartamento de Rafa. En Zaragoza capital el lunes es festividad local, así que tendremos un fin de semana largo. La parte negativa es el pronóstico meteorológico, entra una borrasca, dan nieve, lluvias y viento para las tres jornadas.
Por los Llanos del sol paralelos al barranco Escalar
Ya veníamos mentalizados con los planes ajustados a las adversidades, coronaremos picos cercanos a las pistas de esquí donde sea posible "escapar" sin riesgo, o improvisar un plan "C" sobre la marcha menos ambicioso. El lunes será el único día que nos desplazaremos al sur alejándonos de las nubes y vientos de norte "salvajes".
El cauce del barranco Escalar permanece cubierto bajo la nieve
Madrugamos como si hiciera buen tiempo, osea "poco", nos "arreamos" tranquilamente un pedazo de desayuno como para salvar tresmil metros de desnivel en una tajada sin pasar hambre. Salimos a la calle encontrando un dedo de nieve cuajada sobre los coches y cielos negros de "cojones".
Cruzando el Ibón Escalar por medio
Con el "rafamóvil" nos desplazamos a Astún, hay muchos coches teniendo que aparcar en la zona de tierra compuesta por un barro asqueroso revuelto con nieve grasosa. Preparamos el material y obligo a Rafa a montar en el tren"chuchu" para acercarnos a la estación sin andar, sufre una vergüenza tremenda y aún no se porque.
Cima Pico Puerto de Jaca
El plan inicial es coronar el pico de los Monjes, pero nevando, con ventisca y sin visibilidad lo tenemos "crudo". Confiando en que se abra la "ventana" de turno comenzamos el foqueo paralelos al Barranco Escalar. Estamos resguardados del viento, hay mogollón de nieve recién caída y de "polvo" nada, es más fats que pow, los que dicen esquiar en nieve polvo en el pirineo sufren alucinaciones.
Autorretrato
La nieve llega al suelo transformada, húmeda y pesada. Rafa va con esquís largos encargándose de abrir la huella él solito, yo sobre su trazado me hundo con mis esquís cortos, en el descenso me "vengaré". La parte superior y angosta del barranco la remontamos por el fondo, el cauce esta tapado, solo es posible si hay mucha nieve, sino es más seguro usar la orilla derecha orográfica.
Esquiando por el fondo del barranco
Igualmente trazamos una diagonal cruzando el ibón Escalar por medio de orilla a orilla en busca del Coll des Moines o Puerto de Jaca. En el collado el viento empieza a ser preocupante y la visibilidad de un par de metros, improvisamos la sencilla ascensión al Pico Puerto de Jaca. Por la derecha del collado siguiendo el cordal fronterizo hoyamos la cota más alta, Pico Puerto de Jaca.
Mucha nieve acumulada
Permanecemos arriba lo que cuesta quitar pieles e iniciar la esquiada. Bajamos muy despacio, no vemos nada, la vista no enfoca y te mareas, es difícil mantener el equilibrio, a veces no sabes si estás en movimiento o parado. Conforme nos aproximamos al ibón recuperamos algo de nitidez, utilizamos el mismo itinerario de ascenso.
Base de la estación
Por el fondo del barranco es donde más disfruté, mucha nieve acumulada y profunda, a Rafa le costó algo más de esfuerzo pero no se le notó, solamente en que no paraba de quejarse. Casi sin darnos cuenta llegamos de nuevo a la base de la estación, Rafa propone subir a la Raca, al principio lo rechazo, no me hace ninguna ilusión.
Itinerario aproximado al Pico Puerto de Jaca visto desde las laderas de la Raca
Me pongo a pensar en lo que he desayunado y lo que nos espera para comer y cambio rápidamente de opinión, con los 600 metros de desnivel que hemos superado no hemos quemado ni la quinta parte de lo ingerido. Ponemos pieles y tiramos para arriba.
Base superior de la Raca
Ascendemos por las pistas rojas más cercanas al telesilla hasta la base superior situada en la cumbre de la Raca. Coincide nuestra llegada con la inesperada ventana, poco a poco comienza a aclarar, hasta se cuela el sol entre las nubes. Aprovechamos las circunstancias "tirándonos" por un itinerario fuera pistas sin balizar que la estación denomina Somport, recorre la cara noreste de la Raca. Empezamos por un corto tramo de pista azul y enseguida desvío a la izquierda junto al cartel que avisa el final del dominio esquiable, si pasas es bajo tu responsabilidad.
Descenso por fuera pistas
Hay mogollón de nieve profunda sin pisar aunque en pocos minutos infinidad de esquiadores se adentran en la ladera dejándola completamente roturada. Deslizamos enfilando a Candanchu, poco a poco flanqueamos a la derecha para cruzar la pista negra Olímpica y acabar en la base del telesilla Pastores junto al coche.
Con Bea (secretaria), Bea (la andaluza), David (malabarista), David (fastman), Víctor (el melenas), Rafa (el freerider) y yo. Vídeo grabado y editado por David (malabarista):
Víctor, las dos Beas y yo subimos en el día, para ello nos pegamos un madrugón "inhumano", quedamos en la cafetería de Formigal con Rafa, y los dos Davides que se unen a la expedición. Tomaremos un café "resucitador" mientras concretamos algún detalle sobre la ascensión al pico Lurien.
Cruzamos a Francia por el Portalet, unos diez kilómetros abajo vemos el embalse de Fabrèges y justo antes a la derecha el desvío de acceso a la estación de esquí de Artouste, el mismo punto desde donde se toma el famoso trenecito.
Saliendo del bosque
Sin llegar a los edificios de la estación, justo antes del primer paraaludes estacionamos en un ensanchamiento. Enfrente, junto a un cartel de bienvenida parte el sendero por el que comenzaremos la marcha porteando. Estamos a escasos 1260 metros de altitud, las lluvias y calor de los últimos días ha subido bastante la cota esquiable.
A la derecha arriba asoma la cima
Siguiendo un sendero bien marcado ascendemos por el bosque paralelos al barranco de Pinatas, muchos árboles han sido arrasados por antiguos aludes. Pisamos manchas pero hasta la cota 1500 no encontramos nieve continua, como se conserva muy dura y la pendiente es fuerte progresamos andando hasta salir del bosque en la cota 1650 aproximadamente.
Cabaña enterrada
A partir de aquí el recorrido suaviza, foqueamos cómodamente con temperatura agradable, pasé la jornada completa sin abrigarme. Progresamos siguiendo el cauce del barranco de Lurien cubierto por la nieve, resguardada por una roca en medio del llano se encuentra la cabaña de Lurien. Pasamos por la cabaña des Chasseurs completamente enterrada, un corto estrechamiento y un pequeño ibón, poco más arriba otro más grande llegando al Col du Lurien a 2350 m.
Por el cauce del barranco de Lurien
Vemos todo lo queda por delante, los últimos casi 500 metros de desnivel más pendientes de toda la ruta. El principio se asemeja a un embudo muy inclinado que se va abriendo y suavizando pendiente, a cien metros de la cúspide la verticalidad es máxima.
Ibón de Lurien abajo
La parte estrecha del embudo está protegida del sol casi toda la jornada, coincide para más "inri", con un resalte de roca enmedio y nieve bastante "tiesa". Llevamos a cuatro franceses delante desde que comenzamos, no los vemos muy "sueltos", les seguimos de cerca viendo los apuros que pasan en el tramo más duro y empinado.
Superado el embudo
Víctor encabeza nuestra "comitiva", le entran dudas por su cabeza y cuando cruza el hielo comienza a tener miedo haciendo cosas "raras". En la siguiente zeta todavía duda más, se resbala y cae sentado, desliza a toda velocidad ladera abajo. Consigue controlar la caída sin dar volteretas parando a cien metros cuando mengua la pendiente.
David se hunde andando
Nos hace señal de "ileso", quita esquís, pone crampones y vuelve a subir. El caso es que a todos los demás nos surgió cierto nerviosismo, o vulgarmente llamado "miedo". Al fin y al cabo con cuchillas no se progresa tan mal, lo realmente "tieso" son cortos tramos de un par de metros salvables perfectamente con cuchillas. Los franceses también presenciaron el "espectáculo" sin estar exentos del contagioso "pánico colectivo".
Víctor recupera el desnivel perdido
Procuro tranquilizar al grupo y asegurando cada paso reanudamos la marcha. A los pocos segundos, un francés situado sobre el resalte rocoso resbala deslizando cabeza abajo, atraviesa las rocas y sale volando unos metros, al caer acelera dando volteretas sin que le salten los esquís. Se detuvo boca abajo sobre la nieve inmóvil, imaginamos que si no se había matado, al menos tendría media docena de huesos rotos.
Se adivina una estupenda esquiada
Se le apareció "la Virgen", se incorpora y levanta mientras un compañero baja a auxiliarlo. Como lo vemos aparentemente bien proseguimos la ascensión y les dejamos atrás. La caída de Víctor fue "un juego de niños" comparada con la del francés, y el pánico que cundió elevado al cubo. Ya tenemos suficientes emociones fuertes por hoy, David (fastman) pasa a crampones a pesar de que se hundirá un paso de cada dos, está fuerte y sube igual de rápido.
Aproximándonos a la cima
Una vez superado el embudo "maldito" la pendiente se domestica y salimos al sol con nieve transformada. Sin más problemas nos plantamos bajo la cumbre, a escasos cien metros de la cima, es el tramo más vertical, parece helada porque brilla desde lejos. Los que faltan ponemos crampones, por una huella vieja ganamos la divisoria con el valle de Soussouéou, continuamos por el filo nevado hollando la cumbre del Lurien.
Vista del valle por el que hemos subido
Estupendo día, vistas nítidas al infinito con un paisaje fenomenal. No permanecemos más tiempo del preciso para sacar las fotos de rigor y observar el panorama. Vemos como la sombra va ganando terreno en el valle, cuanto antes bajemos mejor estará la nieve y mayor será el disfrute. La "psicosis" del francés "volador" sigue presente y se nota en el cuidado con el que bajamos la pala helada para llegar a los esquís.
Se ve abajo del todo el hielo del lac de Fabrèges desde donde venimos
La esquiada promete, el trazado es perfecto, un valle ancho y longitudinal, sin medias laderas, remadas ni hondonadas. Nieve transformada, crema con base dura, más sencilla de esquiar que la de pistas en Formigal pero completamente solos.
El descenso del embudo despertó fundados temores pero a la hora de la verdad fue "pan comido", el resto una gozada, esquiada "brutal y gloriosa", como diría saracrof.
El bosque fue dominio de esquís cortos, slalom entre los arboles super divertido para acabar sobre el cauce del barranco de Pinatas. Cuando se abre agujeros y aparece el torrente nos salimos a la izquierda en busca del sendero, hasta la cota 1500 apuramos esquiando. En menos de media hora andando tranquilamente por el camino llegamos al lac de Fabrèges y los coches.
Metros finales con crampones
En resumen, ascensión exigente, 1500 metros de desnivel superados en 13 kilómetros de recorrido, nieves de todo tipo y parte final más técnica. A cambio una de las mejores esquiadas que se pueden realizar en el Pirineo francés. Esta vez tuvimos cervezas con patatas fritas y embutido para celebrar el éxito de la expedición nada más llegar.
Parada técnica a tomar otro café mientras hacemos tiempo para que se disuelva el atasco de Formigal. Despedida y viaje de vuelta a Zaragoza con tráfico denso pero fluido. El finde que viene los de Zaragoza tenemos tres días, el lunes se celebra la festividad local de la "Cincomarzada."