CRÓNICAS MONTAÑERAS: Peña Ferrera 1827 m.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Peña Ferrera 1827 m.

Domingo 24 de Noviembre:

Peña Ferrera 1827 m.

Ruta circular combinada con la Vía Ferrata Foradada del Toscar

Tras la "gélida" inauguración ayer de la temporada de esquí en Cerler, decidimos Bea (la andaluza) y yo que ya tenemos cubierto el "cupo" de pasar frío por este fin de semana.

La ferrata es fácil pero aérea

"Necesitamos" una ascensión resguardada del viento y soleada, se me ocurrió coronar la cercana Peña Ferrera, se ve desde la ventana de mi casa en Campo, situada al final del cordal de Peña Montañesa. Para dar el toque de "aventura" realizaremos un recorrido circular subiendo por la vía ferrata de Foradada del Toscar y bajando por la "jabalinera" ruta normal al pueblo de Foradada.

Tramos espectaculares entre paredes

La ferrata la conocemos sobradamente y el descenso a Foradada también, solo nos queda por explorar el tramo entre el final de la ferrata y la cima. No encuentro ningún track en Internet pero he leído en un blog que han subido por allí, así que lo intentaremos.

Para tener alguna referencia llevo en el GPS un track pintado por mi sobre el mapa siguiendo el itinerario más lógico y siempre por donde más separadas están las curvas de nivel.

Sensación de vacío constante

A las nueve de la mañana quedamos Bea y yo con Rafa (el freerider) en el pueblo de Foradada, dejamos allí su coche para evitarnos andar 1800 metros de carretera y con el nuestro vamos hasta el cruce con la pista de acceso a la ferrata. En veinte minutos estamos en el comienzo de la vía justo cuando empieza a dar el sol, no somos los únicos madrugadores, tres grupos entran a la vez.

Autorretrato al final de la vía, empieza lo "bueno"

Bea no conoce la vía y le gusta muchísimo, le parece fácil pues la primera vez que la llevamos de ferratas fue en Cataluña y allí hay mucho nivel. Para mi es la segunda mejor de Aragón tras la nueva de Obarra, la recorremos rápido haciendo muchas fotos.

Llegados a cima de la segunda aguja termina la vía y comienza la "aventura".

Pequeñas trepadas con roca suelta

Desde lo alto observamos la ladera y dibujamos en la mente un itinerario imaginario. Transcurre por terreno empinado con abundante piedra suelta y pequeñas trepadas, nos ayudamos agarrándonos a sólidos bojes que jalonan la ladera. En algún momento "peleamos" con la vegetación, casi siempre remontamos por pedreras aprovechando trazos de animales, el avance es duro y penoso hasta dar con el cordal.

El Turbón cubierto por una fina capa de nieve

Progresamos por un contrafuerte a nuestro objetivo, el terreno se "humaniza", los bojes dan paso a erizones y la pendiente suaviza. Un pequeño y vertical resalte nos cierra el paso cerca de la cima, lo superamos por un "roto" a su izquierda llegando rápidamente al vértice geodésico de la cumbre situado entre pinos.

Seguimos el cordal hasta terreno despejado y poder disfrutar de las inmejorables vistas de este modesto pico.

Rafa observa el cordal del Baciero

Es un mirador de primer orden sobre la cara sur del Cotiella, Chía, Baciero, Cervín, Turbón, Gallinero, Peña Montañesa, hasta las Maladetas. Tenemos suerte, el día es extraordinario, soleado sin nada de viento, hemos subido en manga corta y estamos un buen rato en la cumbre comiendo y disfrutando del paisaje, nada que ver con lo de ayer.

Comenzamos el descenso siguiendo el cordal principal dirección este en busca de un profundo collado.

Espectaculares vistas conforme ascendemos

Seguimos trazas de animales que nos acercan a cortados aparentemente infranqueables, los salvamos por fáciles canales. La vegetación es la protagonista, a ratos nos toca "jabalinear", parece imposible bajar por allí pero se puede. El GPS será de gran ayuda para no perdernos entre la vegetación o acabar enriscados sobre un resalte.

Mirador privilegiado sobre Cotiella

En el collado aparecen hitos y rastros de "civilización", aparece un antiguo sendero que a tramos se pierde porque no se limpia y apenas se usa. Lo lógico es que cuanto más abajo mejor camino pero no es así, hasta que no llegamos al deposito de agua junto a Foradada va variando entre malo y muy malo.

Del deposito nace una deteriorada pista forestal que nos lleva a donde aparcamos el coche de Rafa.

El Turbón no deja de llamar mi atención

En coche vamos al comienzo de la ferrata para recuperar el otro finalizando esta ascensión tan variada y entretenida, más complicada que la mayoría de los "tresmiles" pirenaicos. Lo que hubieran sido dos horas y media haciendo solo la ferrata se han convertido en siete coronando el Ferrera.

Nos despedimos de Rafa, Bea y yo volvemos a Campo para ducharnos y viajar a Zaragoza después de la merecida comida, mañana nos espera la cruda rutina diaria.
Estamos deseando ya que llegue el siguiente fin de semana.