CRÓNICAS MONTAÑERAS: Puchilibro 1595 m.

martes, 15 de noviembre de 2016

Puchilibro 1595 m.

Domingo 13 de Noviembre:

Puchilibro 1595 m. - Punta de la Tallada 1469 m. - Ermita de Santa Marina

Ruta senderista circular desde el Castillo de Loarre.

Con Raquel (la marmota), Bea (secretaria), Anais, Ángel, Jorge, Rubén, Joel, Abel, Carmen y Marcos.

Mapa

Primera actividad del curso para los chavales de "Multiaventura Tebarray".
En principio teníamos previsto la ascensión al Pico Acue desde la parte francesa del Somport pero las recientes nevadas y el mal tiempo previsto este fin de semana en el alto Pirineo obligó a diseñar un plan "B".

Cresta de los Ovnis

A las siete de la mañana quedamos los expedicionarios en Zaragoza para realizar el viaje al Castillo de Loarre, punto de inicio de la ruta prevista.
En Ayerbe parada a tomar un café para espabilarse, el cielo esta despejado aunque sopla viento fuerte.

Por una estrecha y sinuosa carretera llegamos al aparcamiento del castillo, es una explanada desprotegida y parece que vayamos a salir volando. Las nubes están enganchadas en las cumbres cercanas, suponemos que a lo largo de la jornada subirán las temperaturas y acabará despejando.
Comenzamos a caminar super abrigados, introducidos en el bosque apenas sopla y enseguida entramos en calor.

Final de la cresta

La ruta en un ascenso directo a la cumbre siguiendo la PR-HU 105 dirección Este hacia el Barranco de Moriñano y la Cresta de los Ovnis paralela al Barranco de las Valellas.
Poco rato permanecemos en la cúspide por el frío, tenemos suerte logrando ver el Pirineo nevado y las cumbres intermedias, llaman la atención los cortados de San Juan de la Peña.

Cumbre Puchilibro

Retrocedemos a la cota 1500, en un cruce señalizado tomamos dirección Oeste a por la aparentemente afilada cresta que baja al collado de Fonfría donde hay un gran repetidor. El principio es sendero por bosque hasta visualizar el comienzo de la cresta, en este punto tenemos la primera "escapatoria" pudiendo evitar la cresta y bajar directamente a Loarre realizando un bucle pequeño.

Bajando con vistas al infinito sobre el llano

Montamos en la cresta que recorremos prácticamente por el filo, es el tramo que más gustó a los chavales, hay que ir con cuidado, la roca esta mojada y resbaladiza, no hay grandes precipicios pero si altura suficiente como para romperse la cabeza.
Inesperadamente el filo finaliza en un cortado, es posible destreparlo pero demasiado expuesto para el grupo, retrocedemos unos metros encontrando un roto en la cara sur por donde bajar sin problemas.

Pronto llegamos al repetidor en el collado de Fonfría, aquí tenemos la segunda "escapatoria" pudiendo descender a Loarre por el Plan de Lugas, es el bucle mediano. Tomamos el ramal ascendente de una pista coronando en pocos minutos la cima de Punta de la Tallada o Cerro de la Collada, existe otra antena y una caseta.
Desandamos al collado para seguir por el siguiente ramal o pista del pluviómetro, recorre la cara norte flanqueando toda la Sierra de Fuenfría bajo el Pico Don Güeso.

La intención es coronar igualmente el Pico Don Güeso por su contrafuerte Oeste, el caso fue que ibamos charlando sin parar mientras avanzamos ligeros por la pista y cuando me dí cuenta habíamos pasado el desvío. Hubo una votación para elegir entre retroceder a subirlo o continuar camino a Loarre, la opción de volver fue desechada por amplia mayoría, siendo Anais la única que votó a favor.

Castillo de Loarre abajo

Por un collado cruzamos a la vertiente sur donde se sitúa la Ermita de Santa Marina que visitamos. Queda el regreso sin dejar la pista que ahora faldea la vertiente opuesta dándole la vuelta completa a la Sierra.
Con este recorrido completamos el bucle grande con 16 kilómetros y 700 metros de desnivel acumulados en cinco horas.

Desvío al collado de Fuenfría

Lo ideal es el bucle intermedio porque así apenas pisas pistas forestales, andar tantos kilómetros por caminos para coches termina resultando monótono y pesado. No hubo otro remedio porque sino la excursión se quedaba corta para el nivel del grupo, aún así el desnivel acumulado fue escaso.
No deja de ser un recorrido ideal para el otoño o como segundo plan para días con una meteorología tan revuelta como hoy.

Cresta más aérea

En el mismo aparcamiento, al sol y parapetados con los coches para cortar el viento comimos el bocata y tomamos unas latas de refrescos.
Nos "templamos" con otra parada en el bar de Ayerbe, cafés y colacaos bien calientes. El frío reinante empujó a realizar la ruta rapido y sin paradas con lo cual la llegada a Zaragoza se adelantó más de lo previsto.