Lunes 15:
"Tresmil Anual"
Punta Sabre 3136 m. y Bachimala 3177 m.
Como viene siendo costumbre y tradición en este puente de la Virgen de Agosto realizamos con José Luis la clásica ascensión a su “tresmil anual”. Con los años que tiene, a uno por año, la verdad es que tiene un “huevo” de cumbres, si a esto añadimos algún “ataque de euforia desenfrenada” que le lleva a subir otro más durante el año, como hace pocas semanas el Aneto por segunda vez, os podéis imaginar.
Javier, José Luis y Guzmán en el inicio de la cresta
El domingo a las seis de la mañana salgo de Zaragoza bien acompañado por Bea (secretaria) y Clara (la litueniguera), Clara previamente vino ayer de su pueblo (Lituenigo) e hizo noche en mi casa de Zaragoza.
Vamos camino valle de Gistaín, en Aínsa nos unimos a José Luis y a otros dos vecinos de apartamento en Campo, Guzmán y Javier, que les hemos cambiado la categoría de “vecinos” a la de amigos directamente. Con el 4X4 de Guzmán y el mío subimos la pista forestal a Tabernes y dejamos un coche, apelotonados en el otro volvemos a Viados para empezar la ruta circular.
Bea con todo el itinerario de descenso al valle de la Pez y el puerto de la Madera detrás
Un “poco” tarde comenzamos a andar detrás de Viados siguiendo el sendero por bosque primero y prados al collado de la Señal de Viados. Aquí empieza lo más entretenido, tomamos el lomo “decididamente” siguiendo algunos hitos sin demasiado orden que conforme nos acercamos a un paredón aparentemente “infranqueable” aumentan en cantidad y calidad. Buscamos los hitos para subir la pared, que no es tan pared, por grietas y chimeneas fáciles, echando un poco las manos se pasa. Aunque es fácil si te caes “adiós mundo cruel” (todos nos hemos resbalado con una piel de plátano alguna vez), no nos da sensación de vacío, trepamos bien.
Sin miedo en la parte más aérea de la cresta
Se estrecha la cresta y suaviza, la dificultad no aumenta, pronto coronamos la primera cima, Punta Sabre. José Luis progresa asegurando bien todos sus pasos bajo la atenta mirada de Guzmán que le “asesora” en las trepadas. Por si las “moscas” llevo en la mochila treinta metros de cuerda, un par de arneses y algunos cintajos y hierros, Yolanda (la mujer de José Luis) me ha amenazado, como José Luis se rompa una sola “uña” no me volverá a invitar a cenar en su casa en un “lustro”.
José Luis victorioso en la cresta
Clara y Bea están en su salsa, trepan tranquilamente mientras hablan, ríen, comentan y disfrutan del ambientazo de alta montaña acrecentado por la niebla pasajera. José Luis aunque es “diesel” hoy “olía” a gasolina, no se si ha sido el entrenamiento de la última ascensión al Aneto o que se ha metido un “chute” de moral, el caso es que ha subido y bajado rápido, sin signos de cansancio. Javi y Guzmán en su línea, van descansados y sin problemas, vamos, ¡unas maquinas!, jejejeeee………..
Cumbre del Gran Bachimala
En la cima del Gran Bachimala comimos e hicimos bastantes fotos, la niebla acrecentó la sensación de frío y nos retiramos antes de lo deseado. La vuelta fue por la vía normal al refugio de Tabernes, un lomo ancho deriva en un sendero que seguimos para evitar los primeros farallones, este continua al collado de la Señal de Viados, lo abandonamos bajando directamente por prados y pedreras con algún hito de referencia hasta llegar al fondo del barranco donde comienza de nuevo sendero bien marcado hasta el pluviómetro y valle de la Pez para llegar a Tabernes donde estaba el segundo coche.
Desde la cima del Bachimala vista de la Punta de Sabre y toda la cresta recorrida
Aun tuvimos tiempo de tomar unas latas que traje frescas y algo de picoteo antes de regresar a Zaragoza.
En resumen un día estupendo con nuestros objetivos cumplidos, pasarlo bien en buena compañía, hacer deporte y coronar nuestras cumbres.