CRÓNICAS MONTAÑERAS: Bacivèr 2644 m.

viernes, 15 de abril de 2016

Bacivèr 2644 m.

Domingo 3 de Abril:

Tuc de Bacivèr 2644 m.

Ruta circular con esquís desde Orri, Valle de Arán, Baqueira - Beret

A pesar de las inclemencias meteorológicas que cada jornada nos han acompañado he logrado encadenar once días de esquí consecutivos. Ayer hollamos el Lenquo de Capo desde la estación de esquí francesa Piau Engaly, para no repetir sectores vamos al Valle de Arán.
Partiendo de Baqueira Beret realizaremos una bonita circular con esquís pasando por el Pico Bacivèr.

Amanecemos en Campo Yaiza (la Pro), Bea (secretaria), Alba y yo. Alba no pudo subir al Lenquo de Capo por las rozaduras que le produjeron las botas de esquí en Cerler, hoy lo intentará con botas de montaña normales y raquetas.
En el viaje nos llamó la atención la escasez de tráfico siendo que era domingo, subimos al aparcamiento de Orri encontrando el parquing medio vacío y cuatro gatos esquiando en pistas.

Nos preparamos tranquilamente empezando a foquear a las doce de la mañana en horario de "dominguero total". Bea esta indispuesta pero decide venir, realizó toda la travesía con una carita que reflejaba claramente el calvario que estaba sufriendo.
Contrastan con ella los rostros de Yaiza y Alba siempre con la sonrisa de oreja a oreja.

Para ascender tomamos el itinerario que pasa por los dos ibones de Bacivèr, suave, largo y chulo, ideal para raquetas, camino común a la Tuca de Marimanha y la del Rosari.
Bajamos directos deslizando rumbo oeste, flanqueando la Tuca de Saumet a buscar las palas que dan a las pistas.

Iniciamos la marcha con el cielo soleado, lo que parecía ser una excursión agobiante de calor con nieve "pasta" resultó fría y ventosa con nieve dura. Conforme avanzamos las nubes se espesan ocultando el sol por completo, en el collado de acceso a la pala final el viento empieza a molestar.

Bea está agotando su energía, para que disfrute del descenso le mando sola que flanquee bajo la pala sin subir a confluir con nuestro itinerario de descenso y espere allí, se supone que no la perderemos de vista.
Enfilo la pendiente con Yaiza pisándome los talones y Alba detrás, enseguida la nieve se endurece, Alba se retrasa un poco con las raquetas.

Las nubes van bajando y he perdido de vista a Bea, busco en todas piedras con el zoom de la máquina y no la veo por ningún lado, me inquieto ligeramente, pienso que la situación se me puede ir de las manos.
Mando a Alba parar e ir bajando sin coronar, antes de que la nieve esté demasiado dura, lleva crampones en la mochila pero teniendo en cuenta que Bea espera abajo y hace fuerte viento en aumento, con la posibilidad de que nos envuelvan las nubes, no merece la pena perder tiempo.

Yaiza y yo remontamos los pocos metros que faltan para coronar, quitamos pieles rápidamente y comenzamos la esquiada sin retrasos en busca de Bea que sigue desaparecida. Si bajan las nubes probablemente sería complicado dar con ella, tendríamos que regresar al punto donde nos separamos siguiendo su huella hasta localizarla.

Pero no pasaba nada, ella se resguardo del viento tras una roca sin dejar de vernos en ningún momento, cuando iniciamos la esquiada se levantó apareciendo a la vista. Nos reunimos los cuatro bajo la pala reanudando el descenso todos "juntitos" hasta el coche al que llegamos rápidamente.
Faltaba una hora para el cierre de pistas y no quedaba nadie en la estación, los pister se entretenían observándonos aburridos en los remontes, en el aparcamiento quedaban cuatro coches literalmente.

Bea se recuperó casi del todo en el descenso llegando al coche todos muy contentos con la ascensión.
Queda el viaje a Campo, hoy no podremos cumplir con nuestras "tradiciones", se acabaron las vacaciones, mañana es "día de escuela". Tenemos que ducharnos y recoger a toda pastilla para no llegar a Zaragoza a horas intempestivas.
De nuevo vuelta a la "cruda realidad", quiero ser "ocioso" de profesión.