CRÓNICAS MONTAÑERAS: Moncayo 2316 m.

martes, 19 de abril de 2016

Moncayo 2316 m.

Domingo 10 de Abril:

Moncayo 2316 m.

"Amago" de ascensión con esquís desde el Santuario

He quedado con Raquel para esquiar, se ha iniciado hace poco y se defiende estupendamente. La idea es subir al Pirineo para ascender una cumbre no demasiado complicada, el mal tiempo pronosticado para el norte me hace pensar una opción "B".
Javier Pérez ha coronado el jueves pasado y me asegura que está en buenas condiciones para afrontarlo con esquís (menudo "mentiroso"), así que sin pensarlo dos veces me decido y lanzo la idea a los amigos.

Pequeño porteo

Como la mayoría de las veces que se propone algo "popular" nos juntamos una "tropa". Nacho (el patillas), Javi (unomás), Ángel, Pilar, Raquel y yo componemos la expedición. En la "furgopatillera" nos desplazamos juntos al Santuario del Moncayo para remontar su vertiente norte.

Bonitos contrastes en el bosque

Lo que vemos desde la carretera o mejor, lo que no vemos, todo el macizo sumido en nubarrones y nada de nieve, no coincide con las predicciones ni con lo que nos habían informado. Esperanzados de que "escampe" a lo largo de la mañana subimos al Santuario no sin antes detenernos en Vera de Moncayo a tomar un café y saborear la bollería recién salida del horno.

Pronto calzamos esquís

La carretera esta limpia hasta arriba, en el parking apenas se divisan algunas manchas de nieve y sopla un viento que "te cagas". Hay que tener cuidado porque las rachas huracanadas casi arrancan las puertas, confiando en que aquello mejore nos preparamos con altas posibilidades de "fracasar".

Niebla y viento

La ruta directa a la cima esta convertida en un inmundo pedregal, pasamos de dar traspiés partiendo desde el mismo Santuario por donde va todo el mundo.

En el bosque no se nota tanto el aire, parece como si fuéramos a estar resguardados hasta la cumbre, conforme se acaban los árboles el ruido del viento es aterrador.

Media vuelta

Nos hemos cruzado con infinidad de gente bajando, nadie ha llegado, todos coinciden en afirmar que con semejante vendaval es imposible. En un sitio cercano a Zaragoza y con nieve tan a mano vemos de todo, familias con niños, "runners" con sus mallas de "marica playa" y zapatillitas de juguete correteando en manga corta, un joven aparentemente en "calzoncillos" con un par de chavalicas "pijas" a cuatro patas.....

Hay muchas piedras pero la nieve tiene continuidad

También gente muy equipada con botas rígidas, buena mochila y goretex hasta las "cejas". Y luego nosotros con esquís foqueando entre las piedras, a quince minutos del Santuario nos los pudimos calzar. Rateando nieve en plan slalom "asesino" de supervivencia esquías hasta el mismo lugar.

Hay que advertir que las condiciones de la nieve en este pico cambian radicalmente de un día para otro y creo que igualmente en cuestión de horas.

Las nubes se enganchan en la cumbre

Fue dejar el bosque y "salir volando", menudo infierno, trozos de hielo y nieve suelta parecían perdigones impactando contra nosotros. Cruzamos rápidamente el llano al resguardo del tramo de bosque bajo el contrafuerte de la cumbre, paramos a deliberar.

La línea de niebla estaba ahí mismo, visibilidad nula, imposible aguantar las rachas, absurdo intentar subir.

Estamos salvados

Ni teníamos ganas de sufrir, ni todos los que veníamos están preparados psicológicamente para afrontar tal penuria, decidimos huir de allí cuanto antes. Sin quitar pieles volvemos sobre nuestro surco sosteniéndonos como podemos para no ser derribados por las rachas que bajan disparadas de la cima.

Enseguida estamos a salvo, continuamos deslizando hasta que se acaba la nieve, pequeño porteo y al coche.

Selfie de "rigor"

Comprobamos como la fuerza del viento aumenta conforme avanza la jornada, arrojamos todo en la furgoneta y entramos rápidamente.

Llevamos la nevera con latas y picnics como siempre, pero llueve y hace frío, por unanimidad votamos meternos al mesón de Borja para tomar unos huevos fritos "por su sitio", café incluido y eso hacemos.

Huevos fritos "por su sitio"

Andar no andamos nada, pero casi lo pasamos mejor que si hubiéramos pisado cumbre, los huevos nos supieron a gloria y reímos mucho con las "payasadas" de Nacho. Culminamos la comida con una partida de futbolín por equipos para sudar algo y poder justificar una ducha cuando lleguemos a Zaragoza.