Domingo 1:
Vía ferrata de Foradada del Toscar
Hoy amanezco en Campo las aprendices para "secretarias" Raquel y Leti, tenemos previsto descender un barranco, no llueve pero el cielo esta negro y hace frío. Como no queremos "morir" en una riada elegimos un plan "B" que en el peor de los casos no pase de mojarnos.
Tras superar un espolón la vía se adentra en una canal
Nos vamos a la cercana vía ferrata de Foradada del Toscar, es un "poco" fuerte para iniciar pero estoy seguro que la superaran, también lo estoy de que van a pasar más miedo que un corderito en el matadero.
Preparamos el material y cargamos el coche, en escasos diez minutos llegamos a la pista que con el Nissan subimos hasta el mismo comienzo de la vía. La temperatura es buena y no parece que vaya llover. Es pronto y todavía no ha venido nadie, esta ferrata es muy buena y relativamente asequible, últimamente se ha hecho bastante popular, la ultima vez que pasé había un autobús de dos pisos esperando a la gente de la ferrata.
Verticales paredes entre dos peñas
No hacemos más que ver el espolón por donde suben las grapas y las chicas ya se "acojonan", la exclamación más oída en el día: ¡¡no puedooooo....!!. Nos ponemos arneses, cascos y disipadores, empezamos a subir, entre no puedo y no puedo Raquel tiene una crisis psicológica, cree que aun es joven para "morir" y se medio echa a llorar, Leti que iba más o menos bien se contagia.
¡¡Esto se meneaaaaaa......!!
Con mis especiales dotes de psicólogo de grupos en situaciones de riesgo, me niego a abandonar y les aplico a las dos una terapia de "convencimiento", ¿os acordáis de Julio Alberto?, pobre chaval, antes vivía enfrente del cementerio y ahora enfrente de su casa, si es queeee....
Esto de ir con un pie por cada pared Raquel no lo lleva muy bien
Como que no tienen otra salida siguen subiendo exclamando frases como: ¡con lo bien que estaría yo en mi casa metida en la cama!, enfinn........., lo que suele pasar es que los que más miedo tienen son los que más les gusta, a ver si a estas les pasa lo mismo. Poco a poco entre sobredosis de adrenalina y nerviosismo se "tragan" la ferrata sin darse cuenta.
Leti desafiando el vacío con el puente tibetano muy abajo
La llegada a la cumbre de la peña y la travesía horizontal con el "culo" al aire fueron zonas de máxima tensión, pasado el segundo puente tibetano decido abandonar por la escapatoria, creo que por hoy han tenido suficiente. La salida por la escapatoria es sencilla y directa, mejor que la salida por el final de la vía, el trozo que nos quedaba es el más sencillo y de menor interés.
Espectacular travesía por una vertical pared a muchooooosss metros sobre el suelo
Las chicas bajaban felices y contentas al coche dando ánimos y cachondeandose de la gente que estaba por detrás de nosotros, se oían perfectamente sus comentarios de "miedo".
No se si estaban tan contentas porque les gusto mucho la ferrata o porque tenían la sensación de haber salvado la vida, ni se yo si repetirán........, el tiempo nos los confirmara.
Raquel concentrada mientras cruza el puente colgante
Regresamos al apartamento a ducharnos y esperamos para comer juntos a Ricardo Molledo, Ruben Molledo y Miguel Martín, el padre de Raquel, que están haciendo una ruta senderista por la zona.
Terminada la comida con tertulia incluida se van todos a Zaragoza y me dejan "solo" continuando mis vacaciones. Les ofrezco a las chicas repetir el próximo fin de semana, me da la "impresión" de que nos están por la labor, jejejeeeeee........¡¡ El monte es muy sacrificado y hay que estar acostumbrado para que te guste.
Reseña de la ferrata de Foradada:
Otro de nuestros recorridos por Foradada: