Con Víctor (el melenas), David (malabarista) y Rafa (el freerider). El viernes a media tarde viajamos desde Zaragoza al pirineo francés, concretamente a Gavarnie, tenemos previsto coronar Vignemale el sábado y el Grand Tapou el domingo desde el Barrage de Ossoue. A priori se anticipa un estupendo fin de semana, buena excursión, buen tiempo, y buena compañia, estamos deseando que llegue el momento con ilusión. Pero no siempre sale todo como se planea..............
Salir a la montaña, sobre todo invernal, tal y como lo hacemos nosotros supone riesgos que conocemos y aceptamos de forma natural como parte de la aventura. Igualmente el viaje en coche supone un peligro nada despreciable y no menos preocupante, pero es el precio que hemos de "pagar" si queremos desplazarnos. Siempre he dicho que de un día pletórico y "acojonante" a una tragedia va el canto de un duro.
Tomando unos torreznos en Escarrilla
Soy consciente que cualquier día podemos tener un accidente y no lo descarto en absoluto. A pesar de lo "buenos" que somos y la gran experiencia que atesoramos, cualquiera "tropieza con una piel de plátano". Por estadística, salimos todos los fines de semana y más, tenemos mayores posibilidades que nadie de sufrir un percance. Lamentablemente he vivido desgracias en la montaña ocurridas a terceros pero cuando la víctima es de tu gente resulta infinitamente más dramático.
Camping-car en el Barrage de Ossoue
No nos privamos de subir a donde nos atraiga pese al peligro que conlleva, conocemos o creemos conocer nuestro limite y con ello valoramos el riesgo que aceptamos. Partiendo de esta base marcamos objetivos que cada vez son un poco más ambiciosos. El Vignemale es una cumbre que ya hemos coronado en multitud de ocasiones, en verano, en invierno, andando, con esquis, por una vertiente y por otra, sin embargo en esta ocasión había una "piel de plátano".
Comenzamos la marcha
Felices y contentos sin ninguna preocupación, como debe de ser, nos desplazamos en mi coche a Gavarnie Rafa, Victor y yo, con David quedamos directamente allí. Hacemos un alto en Escarrilla a cenar, el menú fue fundamentalmente huevos "por su sitio", de aperitivo engullimos unos nutritivos torreznos de lo más sabrosos. Casi a las 12 de la noche llegamos al Barrage de Ossoue tras recorrer la carreterilla y después pista hasta el embalse.
Por ese nevero bajaremos esquiando
El fin de semana pasado fue el primero que se pudo pasar en coche, anteriormente un par de aludes cortaban el acceso. La parte final a partir de la cabaña de Millas hace sufrir a las suspensiones y peligrar los bajos, aún así infinidad de turismos normales suben. David ya ha llegado antes y duerme en su coche, Rafa y yo en el mío, Víctor monta su tienda del Decathlon de esas que se montan solas pero que son casi imposibles de plegar para recoger.
Espectacular cascada
Amanece con cielo esplendoroso y nada de frío, hemos dormido como en nuestra cama, desayunamos plácidamente y preparamos el material, se nota que ya llega el verano. Iniciamos la marcha porteando esquís, rodeamos el embalse y atravesamos el llano paralelos al barranco de Oulettes hasta una gran e impresionante cascada. Remontamos un gran nevero hasta el vertiginoso camino excavado en roca que nos sitúa encima de la cascada.
Encima de la cascada empieza la nieve continua
Desde ahí ya era la nieve continua, avanzamos un poco más y calzamos esquís para comenzar el foqueo. Tenía información reciente de Baysellance sobre el estado de la ruta, el barranco no se ha abierto pudiéndose progresar por su lecho, más cómodo y menos peligroso que el camino de verano. En la cota 2300 salimos del barranco dirección Oeste a trazar la horizontal por las cuevas de Bellevue, tapadas por la nieve, buscando la embocadura del Glaciar de Ossoue.
Progresando por el cauce del barranco
En cotas bajas la nieve acanalada por la lluvia y de color sepia es la constante, al entrar al glaciar se abre una inmensa llanura de nieve blanca y uniforme, transformada, ideal para esquiar, no puede ser mejor. Hace un calor horroroso, el sol pega de punta y la nieve refleja todo, no corre una brizna de viento, parece un "microondas". Se conserva mogollón de nieve en altura, nunca he visto tanta, llega hasta las mismas crestas y cumbres, super bonito e impresionante.
Tramo con desprendimientos
Nos colocamos bajo la pendiente pala a escasos 150 metros de la cima, Rafa abre huella con los esquís pero la inclinación impide llegar a la arista foqueando. Nunca antes lo habíamos hecho porque jamás encontramos tanta nieve, decidimos subir los esquís y descender esquiando, las condiciones son idóneas. Llegamos a la cúspide contentos y satisfechos, felicitaciones, fotos y más fotos, comer un poco, selfie para nuestro grupo de wasap con caras de alegría, Nadie podía imaginar el fatal desenlace que se avecina en pocos minutos.
Salimos del barranco al sendero de verano sin saber que siguiendo hay continuidad
Mientras David y Víctor, acaban de comer, Rafa y yo estudiamos el descenso minuciosamente, aquí calzamos esquís que es más plano, derrapamos despacito un par de metros para pasar dando pasitos un pequeño tramo en el que asoman piedras, luego deslizamos una larga diagonal bajo la cresta a colocarnos sobre la pala franca sobre la trazaremos giros hasta abajo. Voy primero, miro y me da algo "canguelo", veo bajo mis pies un cortado rocoso vertical, con la seguridad y el convencimiento de que no me voy a caer realizo los movimientos previstos.
Valle de Ossoue
Me coloco sobre la pala, en el primer giro me doy cuenta de que es más fácil de lo esperado, encadeno varios giros disfrutando y gritando como un crío. Cuando la pendiente disminuye me detengo a esperar, me sigue Rafa y David, les veo controlar sin ningún problema. Cuando parecía todo hecho, esperando a Víctor, ocurrió el desastre.....
La nieve va cambiando de color
Estoy mirando arriba cuando repentinamente veo aparecer a Víctor dando volteretas a gran velocidad, fueron escasos segundos que se me hicieron eternos con la sensación de estar sufriendo una pesadilla. Rodaba y rodaba como un muñeco de trapo, primero por nieve, luego por roca, salió volando en un par de resaltes, en el primero cayó sobre nieve, en el segundo le vi impactar con la cabeza y el hombro sobre roca, los esquís, bastones, piolet y piedras volaban junto a él.
Mar de nubes entra desde Gavarnie
Proseguía el descenso con velocidad ahora ya por nieve, tuve la esperanza de que al llegar abajo se sacudiera la nieve y dijera "chicos no ha pasado nada", pero cuando vi el rastro de sangre que dejaba pensé lo peor. Me lance hacia él, tuve que agarrarlo para que se detuviera del todo, vi un fuerte golpe en su cabeza, al casco le faltaba un buen pedazo en esa zona, me pareció ver el cráneo hundido.
Las nubes avanzan rápido
Le llame y me contesto, estaba consciente, boca arriba y cabeza abajo, lo puse horizontal, enseguida llegaron Rafa y David. Sabiendo que no iba a tener cobertura, saque el teléfono y milagrosamente una raya de cobertura iba y venía, llamé al 112 y contestaron. Nos dijeron que mandaban a los Gendarmes inmediatamente, mientras tanto nos dedicamos a "acomodar" a Víctor en lo posible, aislarlo de la nieve y taparlo.
Víctor
Tenia la ropa rota, heridas y moratones por todo el cuerpo, respiraba mal, comprobamos que lo de la cabeza era solo una gran brecha. Impacientes por la espera y temiendo que los franceses nos nos hubieran entendido bien llame por Alpify al 112 Aragón, enseguida me devolvieron la llamada y se encargaron de contactar con la Gendarmería francesa comprobando que el rescate estaba en marcha.
Vignemale a la vista
La espera apenas superó la media hora, a mi me pareció medio día, Víctor se quejaba constantemente y tiritaba de frío y dolor. Ver entrar el helicóptero en el glaciar supuso una inyección de entusiasmo, se posaron delante y desmontaron un médico y dos Gendarmes, el helicóptero se retiró al esperar en las Oulettes de Gaube.
Dos horas costó estabilizar e inmovilizar y colocar a Víctor sobre la camilla, le monitorizaron con varios aparatos, le cogieron una vía y con un gotero por donde le inyectaron varios jeringazos de morfina antes de moverle. Para subirlo en la camilla colaboraron otros dos montañeros franceses que subían al Vignemale y se quedaron sin cima. El medico nos indico que podía tener cualquier cosa rota y que hasta que no le hospitalizaran no se sabría.
Salida corredor de Gaube y Pitón Carré
Fue justo llamar al helicóptero para que volviera cuando entró una densa niebla impidiendo la visibilidad. Nos informaron que iban a llamar a un segundo helicóptero que podía volar en la niebla pero que si no estaba disponible tendríamos que bajarle a mano. Cuando todo parecía apañado se vuelve a complicar, en esos momentos recé deseando lo que más en la vida la llegada de ese helicóptero.
Tras un rato de inacabable espera surge de la niebla el segundo aparato, era más pequeño, cargó solo a Víctor y al medico, en quince minutos llegaría al hospital de Tarbes. Dejamos a los guardias esperando otro viaje de helicóptero y comenzamos la esquiada que en circunstancias normales hubiera sido gloriosa. El helicóptero aterrizó junto al primero en las Oulettes de Gaube, lo cambiaron al primero que fue el que le trasladó al hospital, así el pequeño pudo regresar rápido a por los dos guardias.
Para evitar más percances realizamos el descenso tranquilos, ya no hay prisa. La esquiada fue de lo mejor en esta temporada, la nieve estupenda, transformada con base dura. Bajamos por el mismo itinerario, descalzando escasamente un par de veces para cruzar unos pocos metros sin nieve logramos esquiar hasta la parte inferior de la cascada, a la misma altitud que el embalse. En veinte minutos llaneando llegamos al coche sin problemas cuando todavía daba el sol.
Afrontamos la pala final
Los siguientes pasos fueron recoger todo, incluida la tienda de Víctor, nos las vimos putas y canutas para plegarla, cambiarnos de ropa y comer, con la incertidumbre de no conocer la gravedad de nuestro compañero. A su salud nos tomamos unas pechugas rebozadas y unas latas de cerveza Ambar que él mismo trajo para compartir en la comida y que por cierto, estaban estupendas.
Con el GPS nos desplazamos al hospital de Tarbes, antes nos llamó Víctor dándonos una alegría, primero por oírle hablar ya sin dolores agudos, segundo porque le hicieron un escáner de cuerpo entero descartando las lesiones más graves, en resumen con tiempo y paciencia no le quedará ningún tipo de secuela.
Tramo de cresta
En el hospital tuvimos que esperar hasta que le sacaron del quirófano, casi a las tres de la mañana nos dejaron verlo en la UCI. Según los propios médicos el casco le salvo la vida, en la cabeza simplemente había heridas externas, de las demás roturas y múltiples contusiones se recuperará. Le dejamos descansar, nosotros pasamos la noche de "camping-car" en un merendero cercano que encontramos en la página de "furgoperfectos".
El domingo nos levantamos y regresamos al hospital, no nos querían dejar entrar, la UCI tiene horario de tarde para las visitas. Por medio de un médico con padres de Almería, muy majo, nos permitieron entrar unos minutos, se encontraba mejor dentro de lo malo. Esta tarde llega a Tarbes su mujer para quedarse con él hasta que este en condiciones de ser trasladado en una ambulancia a Zaragoza. Actualmente Víctor ya se encuentra en Zaragoza y en su casa acompañado por su familia.
Cumbre Vignemale
Podemos afirmar que dentro de lo malo ha salido todo de la mejor manera posible. La caída fue de 150 metros, lo normal hubiera sido que falleciera en la misma. En casi ningún punto había cobertura y justamente allí si, el rescate fue rápido y los franceses demostraron ser muy competentes, tanto en el rescate como en el hospital. Las lesiones han sido mínimas comparado con lo que pudo ser, los médicos temieron lo peor y las pruebas demostraron lo contrario.
Rafa y el valle de Gaube
Todo esto lo cuento para que seamos conscientes de que la montaña es un terreno hostil, con la debida precaución y conocimiento aconsejo a todo el mundo que vaya, porque hay excursiones para todas personas y niveles. No se debe minusvalorar el terreno ni sobrevalorar nuestras posibilidades, y aún así, haciendo todo bien, nunca estaremos cien por cien libres de sufrir un accidente. Lo que leemos en los blogs y redes sociales no siempre es tan bonito, cuando ocurren accidentes por lo general nunca se cuentan por múltiples razones.
Mar de nubes
Siempre la nieve es "polvo", el día precioso y los amigos acojonantes, publicamos solo lo ideal, y sino nos encargamos de idealizarlo para que lo parezca. En la montaña hemos disfrutado mucho pero también la hemos sufrido y a veces lo hemos pasado mal. Con los años aumentamos el conocimiento y evitamos repetir antiguos errores, cuando todos somos "expertos" se "atiranta" más la cuerda. Si salimos con novatos adaptamos excursiones y circunstancias de la misma al más débil tomando todo tipo de precauciones.
Otra recomendación que hemos sacado de todo esto es que la licencia federativa de montaña de la FAM tipo "B", como la que posee Víctor", cubre mucho menos de lo imaginado. La asistencia médica en el extranjero es una miseria, solo 1500 euros que no dan ni para decir "hola y adiós" en el hospital, hay que sacarse la tarjeta sanitaria europea que cargará con la diferencia, sino queremos ser "heridos" económicamente.
Autorretrato
La cobertura de rescate es ridícula, 4000 euros, menos mal que en España no se cobra ni a los franceses y que recíprocamente a los españoles en pirineo francés tampoco. La movilización de dos helicópteros, con los gendarmes, personal sanitario y ambulancia cuesta una fortuna, los cuatro mil euros no sirven ni para dar propina. Aconsejo a todos que pidáis en la federación la póliza completa y la leáis con detalle para que no os coja desprevenidos.
Llegan los gendarmes en un helicóptero azul
En fin......., solo me queda desear a Víctor una rápida y completa recuperación, que no se coma la cabeza pensando en cosas que no se pueden cambiar y que con los años contaremos como una anécdota sin importancia en plan "abuelo cebolleta". Te esperamos pronto en el monte, no dudo que volverás aunque el principio sea suave y progresivo, en el monte te he conocido hace quince años y allí te queremos ver.
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