CRÓNICAS MONTAÑERAS: Mesola 2177 m.

lunes, 26 de octubre de 2020

Mesola 2177 m.

Domingo 27 de Septiembre:
Mesola 2177 m.

Ruta senderista por el Barranco de Bozarruego y Cubilar Alto de Petrito.

Con María (sirenita power), Sara (la becaria) y Bibiana (bibi).

Cima del Mesola

Excursión en el día viajando desde Zaragoza sin tener garantizadas buenas condiciones meteorológicas. Será una jornada de transición entre el mal y buen tiempo, suponemos que en las cumbres situadas al sur de la divisoria lucirá el sol.

También ha nevado ligeramente, no llevamos crampones pues si pisamos nieve será muy arriba y estará blanda.

Trocha directa que evita la pista

Elegimos una ruta senderista circular subiendo al Mesola por el sur recorriendo todas cumbres del cordal hasta el collado del Bozo regresando por los Llanos del Rigüelo.

Con frío y viento iniciamos la marcha en el cruce de la carretera con el barranco de Bozarruego, un par de kilómetros antes de donde finaliza el asfalto en el parking de la Cleta.

Bosque al Cubilar Alto

El primer tramo se puede subir por la pista o atajando por un sendero que comienza allí mismo, utilizamos la senda porque se ahorra mucho tiempo aunque sea empinada. No está muy pisada y a veces se pierde, avanza por una antigua trocha forestal enlazando cuando clarea el bosque con el camino que viene desde el final de la pista.

Finaliza el bosque y aparece la nieve

Siguiendo hitos y trazos de sendero nos aproximamos al barranco de Bozarruego cruzándolo en su cabecera antes de salir definitivamente del bosque. Los árboles nos han protegido del viento, a partir de aquí seremos zarandeados cada dos por tres por fuertes rachas sin avisar.

Coincide con la aparición de restos de nieve, en teoría la nieve hubiera sido continua sino la hubiera barrido el viento, se ve tan pelado que casi podemos subir esquivándola.

Llegando al Refugio del Cubilar Alto

Hacemos un "todotieso" al refugio del Cubilar Alto de Petrito resguardándonos en su interior para recuperarnos y comer algo. Sopla cada vez con más intensidad, empiezo a dudar que podamos llegar a "ninguna parte".

Inicialmente enfilamos al collado del Mesola pero vemos factible ascender directos a la cumbre por una ladera más resguardada y así lo hacemos.

Enfilamos por una ladera empinada directos a la cumbre

Vamos con cuidado, ya hemos acabado en el suelo por sorpresa un par de veces, cuando oímos llegar una racha nos echamos directamente "cuerpo a tierra" aunque sea una falsa alarma. La cumbre se ve cerca y somos un poco cabezones y "masocas", al fin y al cabo al monte se va a "sufrir", tenemos que intentarlo.

La nieve ha sido barrida literalmente

Medio andando, medio a gatas alcanzamos el cordal junto a la cima, allí si que sopla a lo "bestia", llegamos al vivac de la cumbre arrojándonos contra las piedras para protegernos. Las chicas ni se mueven, intento incorporarme para hacer fotos y vuelvo al suelo "involuntariamente", la atenta mirada de las chicas se debate entre el miedo y la risa.

Menos mal que el sol compensa parte de la horrible sensación termica del viento, sino habríamos dado la vuelta hace rato.

Barranco de Bozarruego

Acurrucados entre nosotros y contra las piedras comentamos a grito pelado la posibilidad de bajar por el norte.

Visto lo visto y teniendo en cuenta que el viento viene del norte intentar realizar la circular hubiera sido una temeridad, lo más razonable es volver por el mismo camino, cuando lleguemos al bosque estaremos "salvados".

Sentados en la cima del Mesola

Muy vigilantes de las rachas y asentando bien cada paso iniciamos el descenso, sabemos lo que hay bajando mejor de lo esperado. En el bosque todo cambia, se oye el ruido del zarandeo de los arboles pero para nosotros es una "delicia", desandamos tranquilamente por el mismo itinerario hasta el coche.

Ha sido una excursión corta, pero haber hecho una cima en semejantes condiciones lo podemos calificar como un "éxito".

Panorámica con bonitos contrastes

Superados 830 metros de desnivel en siete kilómetros y medio de recorridos que hemos completado en tres hora cuarenta y cinco paradas incluidas. Un paseo para estirar las piernas, suficiente para un día como hoy, un auténtico "éxito de convivencia".

Y para culminar la hazaña encontramos un rincón al sol junto al coche al resguardo del viento donde nos atizamos las cervezas acompañadas de un buen picnics. Solo faltaba el café bien caliente que tomamos en Sabiñánigo para templar el cuerpo con amena tertulia incluida.